
Menú físico o código QR: ambas propuestas caben en la mesa
Tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia, la SIC ha exigido a este tipo de negocios volver a presentar la carta física. Expertos, propietarios y clientes analizan qué es lo más conveniente.
Frente a la emergencia sanitaria mundial por la Covid-19, las organizaciones internacionales y gobiernos locales decidieron tomar acciones preventivas y de aislamiento para combatir la propagación del virus.
Una de las medidas transitorias en materia de protocolos de bioseguridad que fueron implementadas en todo el mundo tras los primeros picos de contagio y la necesidad posterior de la reactivación económica fue la minimización de los elementos físicos que pudiesen convertirse en vectores del virus.
En Colombia, los restaurantes, bares y gastrobares debieron adaptar su oferta de servicios para cumplir con este requerimiento sanitario, lo que conllevó a que reemplazarán la carta física por los menús a través de Código QR, tecnología japonesa a la que los clientes acceden desde sus propios dispositivos móviles.
Actualmente, en muchos de estos establecimientos se continúan utilizando este tipo de menús que se encuentran cargados en una nube digital. Sin embargo, ante la reciente eliminación de uso de tapabocas y exigencia de carnet de vacunas, debido a la reducción de los índices de contagio y mortalidad en diferentes regiones del país, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) emitió una recomendación que invita a establecimientos gastronómicos y bares a entregar menús físicos con los precios finales.
A través de una comunicación oficial dirigida a proveedores de alimentos y bebidas, la SIC manifestó que “debido a que la situación sanitaria en el país está cada vez más controlada, esta medida (prohibición de menús físicos) no se encuentra actualmente vigente, como tampoco las relacionadas con el uso de tapabocas en bares y restaurantes en espacios cerrados, ni la exigencia de presentar el carné de vacunación para permitir el ingreso a dichos establecimientos”.
La SIC también se pronunció sobre los menús en códigos digitales implementados durante la pandemia, sugiriendo que son una “modalidad alternativa para la presentación del listado de precios, cuyo uso exclusivo obedeció a una medida excepcional y transitoria necesaria para atender la emergencia sanitaria que ya no está vigente”, y que en caso de que los restaurantes o bares decidan mantenerla deben coincidir con las cartas físicas, dando cumplimiento íntegro de las normas de protección al consumidor.
Guillermo Henrique Gómez París, presidente ejecutivo la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, Acodres, en diálogo con EL HERALDO dio a conocer la perspectiva del gremio frente al requerimiento de la Superintendencia de Industria y Comercio.
“La SIC está invitando a que se retomen inmediatamente las normas del Sistema Único de Precios. Estas normas nos dicen inicialmente que los precios deben ser accesibles al público, segundo que los restaurantes deben contar con una carta visible de precios al ingreso de sus establecimientos y tercero, en caso de que se maneje menú digital y el cliente no tenga manera de acceder a la carta, el restaurante debe propocionarle un lector de QR para que este lo haga”.
Gómez París, también añadió: “Cuando vamos a establecimientos donde están visibles los precios como las plazas de comida, no hay necesidad de volver al menú impreso porque ya es público y visible. Además, aquellos lugares donde existe la digitalización del menú, lo que deben hacer es proveerlo de las herramientas tecnológicas para que el cliente pueda visualizarlo”.
Otro de los elementos que mencionó Guillermo Henriquez Gómez fue que la recomendación de la SIC menciona la no alteración de los precios de venta al público, es decir, los costos que deben asumir los clientes deben ser enteros, incluyendo los impuestos al lugar, por ejemplo el Impoconsumo para restaurantes no franquiciados y el IVA para restaurantes franquiciados.
Finalmente, la presidencia ejecutiva de Acodres dijo: “No es de manera explícita que la Superintendencia está pidiendo volver a los menú impresos, está es pidiendo que se reactiven de inmediato las normas vigentes que regulan la disponibilidad de precio”.
Ante el requerimiento que emite la Superintendencia de Industria y Comercio, los comentarios al respecto son diversos, ya que las consideraciones se trasladan a dos polos bastantes claros, el primero son los avances en materia de transformación digital que había dado el país al migrar sus cartas de productos y servicios a los códigos web, y por otro lado, la preocupación de los expertos en el cuidado y la conservación del medioambiente por la procedencia de los materiales de fabricación de estos menús físicos.
Juan Guillermo Torres, Ph.D en Ingeniería con énfasis en Telecomunicaciones de la Universidad de los Andes y coordinador de investigaciones de la Universidad Manuela Beltrán, explicó que la tecnología debe aportar a la seguridad, igualdad, reducción de barreras sociales y no exclusión o segregación por la capacidad de usar nuevas tecnologías.
“Si bien los códigos QR son una buena herramienta para obtener información rápida y confiable, también pueden generar confusión cuando no se dispone de un dispositivo móvil capaz de leer esta información, o cuando no se cuenta con un plan de datos. La población adulta puede ser reacia a estas tecnologías o en zonas rurales puede que no se cuente con Internet, o incluso puedes quedarte sin batería. Así que una lista de precios física debe servir de respaldo ante estas situaciones”.
Con respecto al uso del menú físico en restaurantes o cadena de alimentos, Torres considera que es una medida que no va en contra de la tecnología o códigos QR, sino que sirve para evitar la especulación de los bienes y sus precios.
“Pues un QR puede rápidamente modificarse en cualquier momento y caso por cualquier persona. Es un tema de seguridad de la información”.
A su turno Moisés Martínez González, ingeniero ambiental y especialista en control de la contaminación, manifestó su postura respecto a la recomendación de la SIC para volver a los menús físicos en los restaurantes con relación al cuidado del medioambiente.
“El impacto medioambiental que producirá el hecho de que los restaurantes regresen a sus cartas físicas será considerable porque la mayoría de materiales que se emplean para la realización de las cartas son derivados de la tala de árboles”.
Para Martínez la solución precisamente no es la digitalización de los menús de restaurantes y bares, ya que la información que proporciona el código QR aunque está cargada en una nube, “requiere de estar conectada a unos servidores que proveen el acceso a estos códigos que son impulsados por grandes descargas de electricidad que también son altamente contaminantes. Aquí la solución, pensando en el cuidado del medioambiente es que se debería volver a las cartas físicas, pero con papel reciclado”.
Voces de algunos de los encargados de estos sitios gastronómicos en Barranquilla ya comienzan a estudiar e implementar sus opciones de cartas según las necesidades de sus clientes.
Diana Fajardo, gerente del restaurante Mediterráneo, ubicado en Pradomar, contó a esta Casa Editorial que desde la administración, la digitalización del menú les ha permitido optimizar su operatividad y relación con los clientes.
“Para Mediterráneo los beneficios de tener un menú digital han sido muchos, el primero es porque claramente ayudamos al medioambiente con la disminución del uso de material para cartas físicas y el segundo es que en operatividad, los cambios que se necesiten hacer al menú se tornan mucho más sencillos al hacerlo desde lo digital, por lo cual se ahorran los costos. En esta época que hay una gran variación de los precios de los insumos para la cocina, nos tocaría cambiar la carta física de manera constante, algo que implica dinero”.
Para José Durán, administrador del restaurante Sabina, ubicado en el norte de Barranquilla, considera que pese a que en el momento por las medidas sanitarias solo venían manejando la carta digital, ahora estudian la posibilidad de incluir la carta física y así ofrecerle a sus clientes ambas opciones y puedan cerciorarse de que el precio a pagar coincida en ambas propuestas.
“Aunque desde la pandemia trabajamos con la carta digital, nos hemos encontrado con clientes que quizá son muy mayores y no saben cómo acceder a al menú por QR y ahí nos toca proveerle un celular para que vean lo que ofrecemos, por lo que ante la notificación de la SIC estamos estudiando la posibilidad de incluir la carta física y brindarle ambas opciones al cliente”, declaró Durán.
Cantina la María, uno de los restaurantes - bares ubicado en el norte de la capital atlanticense, ante la dificultad de algunos clientes con los menús digitales, decidieron implementar una carta física de prueba, la cual le ha generado buenos resultados. Así lo indica José Luis Sanz, administrador del negocio.
“Nosotros abrimos el bar en octubre de 2021 y desde entonces estamos con carta digital, pero a raíz de la dificultad de muchos clientes para ver lo que ofrecemos, decidimos implementar una carta provisional para probar la dinámica, la cual nos ha generado resultados excelentes. Con el menú físico, en la primera semana la carta de cocina disparó en un 60 % las ventas, ¿Qué nos demostró esto? Que para el cliente es más sencillo tener el menú físico en sus manos”.
Por su parte Katherine Ripoll, gerente de la sede Boyacá de Fast Food Company, ubicada en el barrio San José, considera que la adaptación de los menús debe hacerse a petición de los clientes y en su caso particular la carta digital, aunque existente, no ha generado los mismos resultado que la carta física.
“Cuando comenzó la pandemia nos adaptamos al menú digital y creamos códigos QR para cada mesa, pero al final resultaron ineficientes porque a las personas se les hacía muy difícil acceder al menú, algunas porque no tenían internet, por lo decidimos volver a la carta física. Sin embargo, pensando en el cuidado del medioambiente encontramos la opción de implementarlo en papel reciclado, el cual no solo es excelente para el cliente porque tiene la carta completa a la mano, sino que también nos ayuda a reducir gastos operativos”.
Los comensales también tienen sus consideraciones al respecto.
Para Evelin De la Hoz, una mujer de 57 años que semanalmente disfruta compartir con sus amigas de ir a probar la propuesta de nuevos restaruantes en la ciudad, sostiene que le es más sencillo para ella y sus amigas poder tener a la mano el menú físico y así evitan confusiones al momento de ordenar.
“Cuando salgo con mis amigas siempre coincidimos en algo, queremos que la vida sea fácil, y para nosotras la practicidad está en una carta física, ahí veo mejor que en el celular y entre todas podemos compartir el menú y decidir lo que vamos a pedir”.
Sin embargo, entre un público más joven, Jorge Castro, de 23 años, dice que todo lo maneja desde el celular y que para él es mucho más sencillo ver el menú desde su teléfono: “Personalmente todo lo hago desde el teléfono y con los menús digitales es mucho más fácil, a veces ni siquiera tengo que llegar al restaurante para ver la carta porque ya está subida a las redes sociales, la veo desde mi casa y llego al lugar ya saCbiendo que voy a ordenar”.
Más allá de cualquier tipo de recomendación por parte de la SIC, tanto restaurantes y bares deben ofrecer a la clientela todas las opciones posibles para que estos sepan lo que pueden consumir y el precio final que deberán pagar por ello. También es deber de los comensales verificar la disponibilidad de los productos y sus precios, solo de esta manera podrán evitar un mal bocado o un trago amargo.
