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'Todo poco a poco va dejando de importar
Todos menos esos paraísos en el mar
Y navegar y navegar y navegar'
Fito Páez.

A algunos la nostalgia los entristece. En cambio, a otros los alegra, los pone a cantar a todo pulmón, los hace revivir en sus mentes parrandas irresponsables, irrepetibles, sublimes. Existen también recuerdos que conjugan las dos cosas de un solo chapuzón. Esa nostalgia a Adolfo Zableh Durán lo puso a escribir, lo hizo sentar frente a su computador, redactar una historia, borrarla, volver a empezar y culminarla. El periodista y escritor barranquillero, finalmente, encontró en Paraísos en el mar la historia que quería contar y que solo se podía desarrollar en su terruño, pero que bien podría haber pasado en Helsinki, Buenos Aires, Bogotá o el lugar que usted se imagine.

Con una columna vertebral musical en la que danzan Tom Petty, Fito Páez, Tears For Fears o Eric Clapton, por ejemplo, Zableh recuerda a esa Barranquilla en la que los niños pisaban descalzos la adolescencia, iban a las minitecas, armaban paseos y unas antenas parabólicas, que bien podrían pasar por ovnis ancestrales, se posaban en las entradas de unas pocas mansiones y edificios. Era la Barranquilla de finales de los 80 e inicios de los 90.

'La nostalgia y los recuerdos son sentimientos universales, cuando yo me senté a escribir este libro mi intención era que la gente se conmoviera y recordara la vida que ya se les fue. La esencia de la historia es que aunque los lugares y las personas sigamos existiendo nunca volvemos a ser los de antes', refiere.