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Debido a su estrecha relación con Fidel Castro, el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez se convirtió en un objetivo de interés para la Dirección Nacional de Seguridad (DNS), el servicio de espionaje político del régimen priista en México.

La mayor preocupación del Partido Revolucionario Institucional (PRI) era la cercanía de García Márquez con Cuba y con el resto de gobiernos asociados a la izquierda de la región.

Una exhaustiva investigación liderada por el periódico El País de España, revisó el expediente del autor de Cien años de soledad, el cual se extiende desde finales de los 60, época donde el autor fijó su residencia en México, hasta 1985, último año de funcionamiento de la DNS.

El periódico español tuvo acceso a más de un centenar de informes a través de una petición formal de transparencia efectuada ante el Archivo General de la Nación.

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Allí, no sólo se consigna un seguimiento personal en actos públicos y reuniones de carácter privado, sino también fotografías de las personas que llegaban a su domicilio particular y un minucioso registro de sus viajes a Cuba a partir de 1975.

Jacinto Rodríguez Munguía es periodista e investigador y durante más de dos décadas ha indagado en archivos del poder político y la policía secreta en México.

Según el comunicador, el espionaje fue ordenado 'por una preocupación por la amistad tan cercana de Gabriel García con Fidel Castro y con otros gobiernos de tendencias de izquierda'.

En los archivos se afirma que la cercanía entre Gabo y Fidel era casi permanente.

'El seguimiento está ahí en los documentos, solo sabemos una parte de los seguimientos. Es una apertura de solo 20 años que duró décadas', explicó el periodista.

Los archivos mostraron cómo estaba configurada la estructura de los intelectuales de Latinoamérica: 'La red es bastante interesante, viendo todo el mapa y Cuba como un asunto prioritario. Había un grupo interesante que si bien no estaban respaldando todo lo ideológico, tenía una inclinación hacia la revolución. El seguimiento fue ordenado más para tener un registro de esas relaciones'.

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Rodríguez Mungía, que prepara un libro sobre el espionaje de la DFS a intelectuales de la época, resaltó que existe otro tipo de material, sin embargo, en ellos se ve la relación que había entre los personajes y si estas podrían llevar a otro tipo de relaciones que pudieran generar malestar en el gobierno mexicano.

'Tenemos elementos para creer que Gabo no era un personaje de riesgo, pero sí algunos de sus contactos', dijo.