Sociedad

La lucha invisibilizada de heroínas barranquilleras en la Batalla del Chuchal

Siete mujeres barranquilleras se destacaron por su gallardía el 25 de abril de 1815 enfrentando a los españoles en la época de la reconquista.

Llevando pertrechos, acopiando recursos, cargando municiones y hasta empuñando armas, las mujeres sentaron precedente en la época de la reconquista. Aunque su participación es calificada como heroica, es poco lo que se sabe sobre ellas.

Desde mediados del siglo pasado se decía que Barranquilla no tenía historia. Sin más preámbulos el investigador Alberto Sierra Quintero así lo manifiesta. Según cuenta, “hay mucha historia que la ciudad no conoce”.

Para hablar sobre estas mujeres se remonta al 25 de abril de 1815, donde en Barranquilla, conocida en ese entonces como ‘La Barranquilla’ o ‘Sitio de la Barranquilla’, se libró una batalla conocida como “El día de la toma y del saqueo de Barranquilla”, o popularmente llamada como “La batalla del Chuchal”.

Antes de que esto sucediera, en la hoy capital del Atlántico, declarada Villa el 7 de abril de 1813, ya se sabía lo que se avecinaba, así que se preparó para dar la lucha ante el proceso de la reconquista española, bajo el mando del capitán Valentín Capmani, en cabeza del militar Pablo Morillo ‘El Pacificador’, quien dirigió toda la expedición. Esto después de que al trono español subiera Fernando VII quien decidió enviar fuerzas militares para recuperar estas tierras.

Morillo sería aún más temido por ser el principal promotor de la más grande represión al pueblo granadino con “el Régimen del Terror” que se extendió hasta 1816, donde terminó con la vida de una gran cantidad de habitantes. Su crueldad sería uno de los rasgos más característicos de su temperamento.

Ante el inminente enfrentamiento en “La batalla del Chuchal”, meses atrás los mismos moradores comenzaron a fijar puntos estratégicos de defensa que estaban a todo lo ancho y largo del río Magdalena, cuando la realista Santa Marta estaba en manos españolas y seguramente las tropas utilizarían esos flancos para entrar y atacar.

En la Villa se había dado la orden de que niños, ancianos y mujeres abandonaran la zona; sin embargo, muchas de las mujeres se opusieron a tal exigencia y optaron por hacerle frente a la guerra.

Fragmento de ‘Historia Ilustrada de Barranquilla’ de los hermanos Sierra. Mery Granados
“El día del martirio”

El 25 de abril de 1815 fue el día en el que arribaron los chapetones. Hombres y mujeres de la nombrada Villa se armaron ante el robusto y equipado ejército español. Con sus polvorines y fortines improvisados emprendieron el combate.

El Fortín el Chuchal prendió fuego luego de que los españoles hicieran la primera descarga de su artillería. Entre la candela y las cenizas, los nativos quedaron indefensos. Ese día se presentaron muchas bajas. Así pasó más de una semana donde no cesaba la guerra. La ciudad fue incendiada y saqueada por las fuerzas españolas. Entre la pena, el dolor y la sangre derramada, las mujeres defendieron con pundonor y pocas herramientas de combate su territorio Caribe.

Aunque muchas de estas murieron en las trifulcas, la historia guarda el nombre de siete de ellas: Juliana Miranda, María Concepción Martínez, Benedicta Vargas, María Josefa Cárdenas, Eugenia Cantillo, María Josefa Gutiérrez y Úrsula Puente. Se destacan sus nombres porque fueron las más activas de la resistencia. Ellas llevaban municiones, transportaban heridos, hablaban con la gente y empuñaron las armas, incluso ofrecieron su vida por la libertad.

Entre las heroínas atrapadas en el sino singular estaban las novias, las esposas y las amantes de los soldados patriotas. A ellos y en especial a ellas, debe Barranquilla un mármol consagratorio al ocupar ahora un lugar olvidado en el corazón de nuestra historia”, son las líneas del fallecido historiador Juan Pablo Llinás en un libro que compila varios de sus textos.

Según cuenta Alberto Sierra, que también es artista, estas mujeres aparecieron todo el tiempo acompañando a los rebeldes que pertenecían a la resistencia. El coraje y la gallardía con la que defendieron la libertad de su Barranquilla las hicieron protagonistas de esa batalla en la que salió vencido todo un pueblo. Cuando los españoles iban a entrar a la ciudad para la reconquista, las mujeres alzaron su voz y no permitieron que las dejaran de nuevo en casa con la zozobra y la impotencia de no poder servir a su naciente patria.

Luego de conocer más sobre esta lucha y otros momentos históricos, este investigador barranquillero escribió un libro de historietas junto a su hermano llamado Historia ilustrada de Barranquilla, en 1986. El trabajo de más de 80 páginas hecho a mano con tinta china, tiene recopilados fragmentos como los de esta batalla, y otros datos de importantes autores como José Joaquín Blanco, Carlos González-Rubio, Juan Pablo Llinás, y de otros archivos parroquiales e históricos. Esta publicación ganó un premio de periodismo Simón Bolívar en 1987.

“Las mujeres siempre han tenido un papel fundamental en nuestro desarrollo. Nos decidimos a escribir esta historia, porque antes las cosas que hacían carrera entre los universitarios era que Barranquilla no tenía historia. Nos tropezamos con una investigación de José Joaquín Blanco. Él logró recuperar una gran cantidad de documentos y reconstruir esa historia que nos habían contado”, dice Sierra.

El historiador barranquillero Alberto Sierra ha hecho diferentes libros de historietas en los que cuenta sucesos históricos del país. Mery Granados
Mujeres y su innegable entrega

Para la época de la colonia quienes trabajaban en el campo, las labores del hogar y la construcción, eran las mujeres. “Los hombres solamente hacían las armas, cazaban y trabajaban (…) En la época de la colonia, Barranquilla fue adaptando esa facultad. En esta ciudad las mujeres tienen un lugar especial, porque yo digo que eso llevó independencia a todas las tierras”, indica Alberto Sierra.

En Barranquilla cuando se presentó la lucha de la independencia las mujeres eran las que más estimulaban a los jóvenes. “Se sabe que las mujeres hasta se presentaban a Bolívar, ‘El libertador’, con sus hijos para ponerlos a sus órdenes y servir a la patria en la lucha por la independencia. La participación de ellas se le atribuye a él porque las puso a hablar en la sociedad y las hizo respetar, porque ellas tenían voz y voto”, narra el artista sobre el gran Libertador.

Con preocupación el autodidacta también agrega que “nos hemos esforzado en borrar esa memoria”, recordando la poca importancia que se le ha dado a sucesos como estos.

Las memorias de Carlos González-Rubio dicen que “el 25 de abril debería ser un día para conmemorar y rendirle tributo a esas siete mujeres que la historia recogió”. De ahí nace la propuesta de que el 25 de abril sea declarado el Día de la Mujer Barranquillera.

El funcionario del Archivo Histórico del Atlántico, Helkin Nuñez, reconoce que en el proceso histórico que se ha planteado, las mujeres hicieron parte de la logística de salvamento de la ciudad. “También hay que ver que si se recuerdan a estas mujeres, quien recopiló el acto le dio nombre propio y espacio a cada mujer por su labor encomiable”, relata.

Esta fue la única batalla que ha hablado de mujeres desde esa posición a lo largo de la historia de la emancipación en todo el país, “sin demeritar a las otras heroínas”, señala Nuñez.

“Hay que mostrarle a las nuevas generaciones esta batalla a la que se le puso pecho, así  fuera de manera primitiva, o con desventaja, pero que se dio el arraigo de salvar una tierra donde resaltaron las mujeres”, apunta el investigador.

Este también asume que las mujeres que decidían acompañar a los hombres en el campo de batalla tenían un lazo de unión fuerte, tanto como para que estuvieran enfrente de un polvorín y un fortín con bastantes pertrechos y elementos de munición defendiendo a su Villa.

“Carlos González-Rubio decía que el 25 de abril era una efemérides que no tiene ninguna connotación de héroes pero que en verdad era una historia propia del arraigo de la mujer, de esa mujer rebelde producto de la tierra y que tenía que acompañar al hombre rebelde del momento”, expresa el funcionario.

La historia del equipo del Junior está plasmada en ‘Micaela’, otra de las historietas. Mery Granados
Pocas en la historia del país, pero valiosas

De acuerdo con Lea Álvarez, historiadora e investigadora, desde el colegio suele hablarse de Policarpa Salavarrieta, Antonia Santos, y Manuela Beltrán como las heroínas de la patria, y aunque no desprestigia el título que portan, reconoce que las mujeres del común han sido poco estudiadas en la historia de Colombia.

“Si vamos al común nos encontraremos con mujeres que han hecho muchísimas cosas, pero la historia tradicional poco habla de ellas”, asevera.

De esta manera, cuenta que esto posiblemente se debe a que por el mismo sistema la mujer solía mantenerse en la esfera privada desde el hogar atendiendo a la familia y los quehaceres.

No obstante, en su línea investigativa ha encontrado datos que refutan esta idea. A finales del siglo XVIII, tomando de referencia los archivos históricos, se han encontrado demandas que establecían las mujeres, donde a ellas en sus declaraciones se les registraban como dueñas de tiendas, terrenos, o, en defensa de sus hijos, demandaban a los padres si no cumplían con la manutención, aun cuando en las leyes estaba prohibido que las mujeres fueran a los tribunales a demandar. Asimismo, se ha confirmado que muchas de estas mujeres trabajaban en el periodo colonial.

“Si seguimos reproduciendo el discurso de victimización de la mujer lo que haremos será estancarla más”, advierte Álvarez, que también hace énfasis en la importancia de dar a conocer una historia más equilibrada donde no solo se muestre a la mujer como víctima, sino que también se recuerde que muchas no se dejaron oprimir.

Por otro lado, añade que para la época de la independencia se encontraron expedientes de mujeres del nuevo reino de Granada donde estas intervenían ante las autoridades pidiéndole, por ejemplo, que actuaran contra el ejército invasor.

Así las cosas, manifiesta que existe la necesidad de estudiar a estas mujeres y seguir conociendo más historias que han marcado las épocas más importantes del país, ya que hacen parte de nuestras raíces y buscan seguir empoderando la figura femenina frente a cualquier institución.

Carlos Gónzález-Rubio.
Carlos González-Rubio, un asunto histórico y familiar

El 3 de octubre de 1893 nació Carlos González-Rubio, escritor e historiador barranquillero. Falleció el 1 de abril de 1980. Cecilia Rodríguez, una de sus nietas, resalta su participación en la restauración de la memoria de Barranquilla, y hoy cuenta su historia relacionada con algunos personajes destacados unos 200 años atrás:

“Él se casó con su prima hermana Cecilia González-Rubio Duncan, que era bisnieta de Santiago Duncan, un británico que fue el segundo alcalde de Barranquilla que ayudó mucho a Simón Bolívar en el proceso de la gesta independentista. Por otro lado, la madre de Carlos era nieta de Francisco Casalins que llegó justamente con Pablo Morillo a Cartagena. Entonces mi madre y sus hermanas son herederas de dos personas que venían de bandos enfrentados”, afirma la nieta del autor.

Su abuelo estudió química y farmacia, pero su pasión siempre fue la historia. Cecilia recuerda también que González-Rubio fue condecorado por el gobierno francés gracias a la investigación que hizo en Santa Marta sobre el médico de Simón Bolívar, Alejandro Próspero Réverénd.

El historiador dejó muchos documentos originales valiosos, entre esos cartas de Bolívar a Santiago Duncan, del Almirante Padilla y de Tomás Cipriano de Mosquera. Estas fueron donadas a la Biblioteca Piloto del Caribe, entre otros textos.

En casa de la familia aún se mantienen algunos borradores y otros objetos que decidieron conservar.

González-Rubio tuvo tres hijas. Él era muy “fanático” de las mujeres, entonces también fue inspirador para él conocer sobre la batalla de aquel 25 de abril de 1815. De esta manera siempre dio a conocer su deseo de que esta fecha fuera conmemorada cada año como el Día de la Mujer Barranquillera. Aún hay oportunidad de hacerlo.

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