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El día que Juan de la Ossa Medrano se sentó en un estudio de grabación con la leyenda de la producción, Sergio George, lo primero que hizo fue llamar a su papá. “Mi papá es salsero, yo soy salsero. Yo le dije: ‘Viejo, no te imaginas con quién estoy aquí en el estudio’”.

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Estaba ahí un cartagenero que creció con champeta, música africana y la salsa con uno de sus héroes para trabajar codo a codo en el disco Ataca Sergio en el tema La gata y el ratón en la voz de Fariana, una versión del clásico de Cheo Feliciano, El ratón.

“Es una presión que uno siente porque El ratón es un clásico que yo desde pequeño le hice muchas versiones. La vida es bonita, porque yo le hice versiones a esa canción en hip hop, en rap, y nunca pasó nada. Y hoy haber hecho algo oficial con un productor élite, con Juanes tocando la guitarra, Fariana rapeando, y nosotros escribiendo. Él me dejó meter mi identidad en la canción”, dice Gangsta.

Aún las palabras que le dijo el neoyorquino de 64 años siguen en su memoria. “Me dijo: ‘Maestros somos los dos, porque tú en tu línea y yo en mi línea estamos haciendo cosas grandes, y hoy tenemos la oportunidad de compartir un arte’”. Y eso le resonó a ese pequeño que creció escuchando a su papá en la radio y de manera autodidacta fue metiéndose en el mundo de la música con jingles.

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La apuesta por un sueño

Gangsta no duda que haber nacido en Cartagena lo marcó. “Pienso que nacer en Cartagena fue el epicentro del gusto musical y por mi papá. Él es locutor de radio y él me fue alcahueteando esa necedad mía por la música. Yo empecé haciendo jingles, mi escuela fue la propaganda radial, y eso era lo que pagaba mis equipos”.

Esa curiosidad lo llevó a Medellín en 2013. Llegó recomendado para montar un estudio y aceptó. “Cuando terminé de montar el estudio, me puse a hacer música. De pronto sentí a alguien cantando detrás de mí, era Jessie Ramírez, Toby. Me dijo: ‘Tú produces, yo canto, hagamos música’. Así nació Rayo y Toby. Primero llegó Toby, luego jaló a Rayo y, Diego Betancourt que era el que mandó a hacer el estudio, nos dijo que hiciéramos un proyecto musical en Medellín”.

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Los primeros batacazos

Con Calor empezó a sonar fuerte en 2014. Desde ahí entendió que el camino no era quedarse en un éxito, sino pensar en lo que venía. “Yo entendí desde niño que no podía quedarme identificado con un momento. Siempre he sido así en mi carrera: tengo un éxito y me pregunto, ¿ahora qué? Esto es de persistir”.

Ese espíritu lo llevó a trabajar con artistas como Wolfine, Nicky Jam, Rayo y Toby, Maluma y Lion Fiah, sumando credibilidad en la escena urbana. “En la música un productor es más difícil que lo identifiquen, no es como un cantante que lo reconocen por su voz. Yo siempre pensé en crear mi propio sonido. Mi terquedad de no querer parecerme a nadie me hizo buscar una identidad”.

Esa identidad llegó con un símbolo inesperado: un pájaro. “Ahora tú escuchas un pájaro en una canción y sabes que soy yo. Ese pájaro es la María Mulata. Siempre llevo mi ciudad, mis raíces, en la música”.

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El boom del afrobeat

Si algo terminó de poner el nombre de ‘Gangsta’ en el mapa fue el afrobeat. “Yo siempre le metí el afro a mi música, porque vengo de la champeta y la terapia. Me enamoré del sonido de Nigeria, pero estaba en inglés. Yo decía: ¿cómo hago para romper ahí? Y apareció Kapo. Él creyó en lo que yo le decía y vibramos con el afrobeat. Ni siquiera pensábamos que se iba a volver mundial. Hicimos un movimiento con una canción. Muy bonito que ahora todo el mundo quiera hacerlo”.

El género, que parecía un experimento, terminó consolidándose como una de las apuestas más sólidas en la escena urbana latina con temas como Ohnana, Uwaie y más.

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Colaborar con los grandes

De ahí en adelante, su nombre empezó a figurar en proyectos de alto calibre. Trabajó con Wisin y Yandel, Farruko y hasta con Juanes. “Yo no repito fórmulas: lo que hago con Ryan Castro no suena igual a lo que hago con Kapo. Cada cantante es un mundo distinto”.

Esa capacidad de adaptarse y al mismo tiempo dejar su huella lo ha llevado a ser buscado por artistas de la élite. “Tengo la bendición de que ahora todos creen en mí. Estoy armando mi álbum, mi concepto, mi película. Ya tengo artistas pesados dentro. Además sigo trabajando en el próximo álbum de Kapo, el de Fariana y proyectos de Ryan Castro. Hace poco hice 60 canciones en dos meses”, cuenta con la energía de alguien que no conoce el descanso.

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