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En el momento en que Héctor González llegó a Bogotá no imaginó que terminaría llevando el Carnaval de Barranquilla en el alma y en la piel, obteniendo el título de capitán de solteros en la capital, y así extender la fiesta más allá de su tierra natal.

Con 33 años, este docente de terapia ocupacional y trabajador social terminó, casi por azar, haciendo parte de un grupo que mantiene viva la tradición carnavalera en suelo bogotano.

Y es que, aunque nunca pensó en vincularse directamente con la fiesta, su amor por el arte y la fantasía lo llevó a trabajar con grandes diseñadores como Rafael Ballestas y Randy Severiche.

La vida, con su particular sentido del humor, lo fue acercando cada vez más al mundo del Carnaval hasta que un día, en medio de un encargo en Bogotá, su destino quedó sellado.

“Mientras trabajaba como asistente del diseñador Mariano Fernández me crucé con una de las directoras de la Asociación Caribe Bogotá y me dijo: tú eres el que estamos buscando. Yo al principio no quise, pero después accedí”.

Con 12 años de experiencia en el diseño y una gran vena carnavalera, decidió asumir el reto. Además de convertirse en el capitán de solteros, empezó a mostrar su talento en eventos exclusivos, al punto de ganar el premio al mejor disfraz en el club El Nogal.

Desde entonces, su misión ha sido extender el Carnaval de Barranquilla a cualquier rincón que se lo permita. Bogotá fue su primer gran reto, pero no el último. Funza, Suba, Cundinamarca y Cartagena han sentido su energía.