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En 1992 la Federación Mundial para la Salud proclamó el 10 de octubre como el Día Mundial de la Salud Mental, con el objetivo de concientizar acerca de la importancia de identificar, informar y abordar los problemas de salud mental en todo el mundo.

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La conmemoración de esta fecha fue promovida por el entonces secretario general adjunto de la Federación Mundial para la Salud, Richard Hunter, quien consideró fundamental visibilizar este tema para ayudar a garantizar el derecho a la salud mental en todos los países, sobre todo de poblaciones vulnerables como niños y niñas, migrantes, desplazados, entre otros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también destaca que el Día Mundial de la Salud Mental, que desde hace 32 años se celebra cada 10 de octubre, sirve para “movilizar esfuerzos en apoyo de la salud mental”.

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Desde la OMS este año conmemoran la fecha a través del tema: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.

En este sentido, el organismo internacional se enfoca en el vínculo “esencial” que existe entre la salud mental y el ámbito laboral.

“Los lugares de trabajo seguros y saludables ayudan a proteger la salud mental, mientras que las condiciones poco saludables, la estigmatización, la discriminación y la exposición a riesgos como el acoso y otras condiciones de trabajo deficientes son riesgos importantes que afectan a la salud mental y la calidad de vida en general y, en consecuencia, a la participación y la productividad en el trabajo”, indica la OMS.

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Subraya que el 60 % de la población mundial trabaja, por lo que resulta “urgente” tomar medidas para que el trabajo prevenga los riesgos para la salud mental y la proteja y fomente.

Ante este panorama, la OMS hizo un llamado a los gobiernos, los empleadores, las organizaciones que representan a los trabajadores y empleadores, y otras partes interesadas responsables de la salud y la seguridad de los trabajadores.

“Deben colaborar para ayudar a mejorar la salud mental en el trabajo aplicando medidas en las que se tenga en cuenta la opinión de los propios trabajadores, sus representantes y personas con experiencia directa con problemas de salud mental”, sostuvo la Organización en su página web.

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Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud explicó que los empleadores y los compañeros de trabajo pueden ser agentes de cambio en el lugar de trabajo “al combatir el estigma y fomentar el debate abierto sobre la salud mental”.

Señaló que para esto es necesario que aprendan a identificar los signos de problemas comunes de salud mental, como la depresión, y alentar a los colegas que puedan tener dificultades a buscar ayuda.