En general, las personas con este trastorno suelen tener dificultades con la memoria de trabajo.
Una de las ventajas es que puede permanecer durante al menos un año a temperatura ambiente.
Una investigación publicada en la revista ‘Brain Structure and Function’ señala que la exposición continua al ruido puede afectar el cerebro, mientras que períodos sostenidos de silencio favorecen el desarrollo de nuevas neuronas y reducen el estrés.
Para la investigación se analizaron los datos genéticos de más de un millón de personas.