Compartir:

Un estudio reciente realizado por neurocientíficos y difundido en la revista científica ‘Brain Structure and Function’ reveló que permanecer en silencio durante al menos dos horas al día genera beneficios concretos para la salud mental. El hallazgo se basa en evidencias que vinculan la ausencia de estímulos sonoros con la regeneración neuronal, mejoras cognitivas y estabilidad emocional.

(Le puede interesar: Estudio revela los beneficios de estar dos horas en silencio cada día para cuidar de la salud mental)

La investigación destaca que el silencio mental, definido como un estado de conciencia libre de pensamientos intrusivos o estímulos externos, permite disminuir la actividad cerebral de forma controlada. Esta disminución activa procesos de reorganización interna que favorecen el funcionamiento del sistema nervioso.

Entre los principales efectos fisiológicos, se identificó la generación de nuevas células en el hipocampo, una región cerebral clave en la memoria, el aprendizaje y el manejo de las emociones.

(Vea aquí: ¿Por qué los hombres suelen ser más altos que las mujeres? Estudio habría encontrado la respuesta)

Durante las pruebas, los investigadores observaron cambios significativos en la estructura y funcionamiento del cerebro tras tres días de exposición intencionada al silencio. Según el equipo, estos cambios están relacionados con una mayor interconexión en la materia blanca, componente esencial para la comunicación entre neuronas. Esta mejora estructural fue acompañada por un aumento en la claridad mental y una reducción en los niveles de estrés reportados por los participantes.

Además del impacto en la neurogénesis, el estudio señala que el silencio diario influye en el rendimiento cognitivo. Los participantes mostraron una mayor agilidad para resolver problemas, menos errores en tareas repetitivas y una percepción sensorial más aguda. Estos resultados sugieren que la reducción de estímulos puede potenciar la eficiencia cerebral en actividades cotidianas.

(Lea también: Autoridades intensifican llamado al autocuidado ante el aumento de infecciones respiratorias)

Los investigadores advierten que la exposición constante a fuentes de ruido como el tráfico, las pantallas o las conversaciones prolongadas interrumpe los procesos naturales de recuperación del cerebro. En contraposición, los períodos de quietud le otorgan al sistema nervioso central la posibilidad de descansar y reorganizar la información procesada.

Con base en estos hallazgos, los expertos proponen incorporar de forma progresiva prácticas silenciosas en la rutina diaria. Entre las recomendaciones figuran evitar el uso de pantallas al comenzar el día, tomar breves pausas sin distracciones entre actividades laborales o detenerse por unos minutos sin realizar ninguna tarea. Estas acciones, aunque breves, pueden contribuir a que el cerebro se acostumbre de manera gradual al silencio, sin generar resistencia al cambio.