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“No va a haber una rebaja general de penas”: minjusticia sobre proyecto

El ministro de Justicia, Néstor Osuna, compartió un ‘abc’ del polémico proyecto de ley de resocialización de privados de la libertad que se presentará al Congreso para su evaluación.

“Las cárceles no se convertirán en un hotel”, aseguró el ministro de Justicia, Néstor Osuna, ante las afirmaciones de cientos de internautas sobre el proyecto de ley que está formulando la cartera para resocializar a los reclusos de la nación.

El funcionario optó por compartir una serie de siete videos, cada uno con una duración de un minuto, donde explica paso a  paso los objetivos y estrategias trazadas para ejecutar, en caso de ser aprobada por el Congreso, la reforma del sistema penal y penitenciario del país.

“El tema general es modernizar el sistema penal y penitenciario de tal modo que le ofrezca a la sociedad lo mejor que puede ofrecerle un sistema de ese tipo y no lo que está ocurriendo en la actualidad, donde tenemos un sistema puramente carcelero que ha hecho de las cárceles unas escuelas del delito en el cual las personas aprenden a delinquir mejor, que no le ofrece a la sociedad seguridad ni sensación de seguridad, que no repara a las víctimas y que ha hecho de las cárceles un sitio de simple sufrimiento, de corrupción, de crueldad, de carencias, que la sociedad colombiana debe dejar de presenciar y de protagonizar”, inició diciendo Osuna a través de sus redes sociales.

Asimismo, aseguró que el proyecto no pretende reducir las penas, pero que desea proponer beneficios para los reclusos que superen diferentes procesos de resocialización.

“Si termina su bachillerato dentro de la cárcel, si aprende un oficio, si hace un curso dentro de la cárcel, si trabaja en la cárcel, pueda recibir algunos beneficios para que conserve sus nexos con su familia, para que contribuya con su familia, para que pueda reparar a las víctimas y también para que se vaya reparando para cuando vuelva a insertarse a la sociedad”, señaló.

A continuación, el líder de cartera se refirió al “premio” de 72 horas que reciben los privados de la libertad y cómo desea mantener en el tiempo esta estrategia.

“Permisos de 72 horas. Eso ya existe, ¿para todo el mundo? No. (...) Pero para otros delitos, una vez que se ha pagado una parte de la pena, existe la posibilidad de comenzar a tener permisos de 72 horas. ¿Qué sentido tiene eso? Que la persona condenada a prisión no pierda sus nexos con su familia, que pueda verlos de vez en cuando. Si sale 72 horas y no vuelve, por supuesto que pierde el beneficio y entra otra vez a un sistema penitenciario duro. La experiencia nos indica que las personas que actualmente tienen permiso de 72 horas, casi siempre vuelven a la cárcel; es decir, no es problemático. Pero ese es apenas uno de los beneficios, hay otros”, rectificó.

En esta misma línea de beneficios, Osuna decidió extenderse y aclarar su propuesta de que los reclusos trabajen, indicando que este beneficio no se aplicará a todos los reclusos, sino a aquellos que hayan cumplido una parte importante de la pena.

“En la prensa se ha hablado mucho de esto salir a trabajar de día y volver a la cárcel de noche y algunos intentando caricaturizar y burlarse del proyecto han dicho que yo quiero hacer de las cárceles unos hoteles. Lo primero que les diría es vayan a una cárcel a ver qué tan hotel les parece”, lanzó.

“Si entre el Inpec y una empresa privada o pública se celebra un convenio para que unas personas puedan desarrollar un trabajo, por ejemplo, construir vías terciarias, trabajar en una fábrica, personas que ya han cumplido una parte importante de la pena (más de la mitad), puedan acceder a ese trabajo y, ciertamente, terminando de trabajar, vuelvan a la cárcel en la noche”, sostuvo el ministro.

De acuerdo con lo expresado por el funcionario, el actual sistema penitenciario no repara a las víctimas ni produce una sensación de seguridad a nivel nacional, por lo que se hace necesario buscar, en sus palabras, otro camino.

“Nuestro sistema intenta que el proceso de cárcel de una persona le sirva para salir mejor de como entró. Es decir, lo opuesto a lo que ocurre hoy. Que le permita tener un plan de vida distinto a aquél con el que entró, que le permita ver que hay posibilidades de vivir con tranquilidad, con dignidad, por fuera del mundo del crimen y, en ese sentido, que delinquir no paga”, indicó.

Además, recalcó que “esa idea del castigo duro, cruel, a la que yo sé que estamos acostumbrados, que es el mensaje que nos han irradiado permanentemente, no sirve. No nos ha dado lo que nos prometían, con esas cárceles terriblemente abarrotadas por muchos años, no hemos sentido ni más seguridad, ni menos criminalidad, ni más resocialización”, concluyó.

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