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A partir del próximo 7 de agosto, cuando tome posesión como presidente de Colombia, Gustavo Petro asumirá la enorme responsabilidad de cumplir una de sus más importantes promesas de campaña: la consolidación de lo que él llama la 'paz total'.

Dicha paz no es otra cosa que la desactivación de todas las máquinas de guerra que están encendidas en estos momentos en el país, entre ellas el ELN, las bandas criminales y las llamadas disidencias de las Farc. La 'paz total' ofrecida por Petro consiste, pues, en silenciar todos esos fusiles.

En estos momentos, tanto el próximo Gobierno como el Congreso y hasta la Rama Judicial, trabajan para poder materializar la 'paz total' ofrecida por Petro.

En lo que tiene que ver con el Gobierno, la tarea la realizan el canciller Álvaro Leyva y Danilo Rueda, recién designado Comisionado de Paz. Ambos tienen amplia experiencia en diálogos con organizaciones armadas ilegales y en negociaciones con grupos criminales. Mientras Leyva es reconocido desde hace décadas por su cercanía con líderes de grupos subversivos, especialmente de las Farc, Rueda ha acompañado a dirigentes políticos en sus encuentros con voceros de dichos grupos criminales, incluyendo jefes paramilitares en cárceles de Estados Unidos, como sucedió con los senadores Piedad Córdoba e Iván Cepeda. De hecho, es uno de los protagonistas del llamado 'Pacto de La Picota', junto con Juan Fernando Petro, hermano del presidente electo. Durante la campaña presidencial ambos visitaron la cárcel La Picota para entrevistarse con políticos condenados por corruptos y con parapolíticos para explorar la posibilidad de un 'perdón social'.

El Congreso por su parte será el escenario para el trámite de las leyes que permitan hacer realidad la 'paz total' de Petro. Su primera tarea será prorrogar la Ley de Seguridad Nacional (orden público), que vendrá acompañada de algunos ajustes, especialmente en lo que tiene que ver con los llamados 'diálogos regionales'.

Los ajustes a dicha ley apuntan fundamentalmente a descentralizar la paz. O mejor: regionalizarla. Una paz manejada desde Bogotá no funciona, porque se trata de múltiples conflictos que se desarrollan en las regiones y es en ellas donde se encuentra la mayor cantidad de víctimas. 'Desbogotanizar' la paz será una de las tareas del Congreso.

Pero la 'paz total' no solo incluye los llamados grupos subversivos o insurgentes, que sería el caso del ELN o inclusive de las disidencias de las Farc, llamada como ‘Segunda Marquetalia’, sino también se ocupa de las bandas criminales, como el Clan del Golfo, Los Pachencas o Los Caparros, entre otros, cuyos delitos no son de naturaleza política, sino que se trata de organizaciones narcotraficantes. Su tratamiento, por consiguiente, no será político. Su oferta será la del sometimiento a la justicia a cambio de algunos beneficios, como podría ser una rebaja de penas. ¿Cuál es el verdadero alcance de la paz total ofrecida por Petro? ¿Qué posibilidades de éxito tiene dicha paz?