Es la primera vez que en una campaña electoral el país tiene la opción de elegir, a la Presidencia y a la Vicepresidencia, una fórmula femenina. Clara López y Aida Avella se muestran como una 'opción de cambio' que conoce las 'inconformidades' y las 'necesidades' de los colombianos frente a la propuesta reeleccionista.
EL HERALDO entrevistó a la aspirante a ocupar el primer cargo político del país por el Polo Democrático y la Unión Patriótica, Clara López, quien habló sobre su campaña, sus propuestas para la región, las reformas que necesita el país, su papel en el Ejecutivo y su relación con el Congreso en caso de ganar las elecciones el próximo 25 de mayo.
¿Cómo ha sido su campaña presidencial en el país y en la Costa Caribe?
Yo siento que la campaña está muy fuerte. Hemos hecho un proceso envolvente en todo el país. Estuve concentrada en la Costa Caribe, hablándole a la gente de la importancia de votar libremente, sin la nefasta compra-venta de votos. En estas reuniones convoqué a todos los sectores sociales y empresariales, a los trabajadores y a las organizaciones sindicales y les expliqué que el Gobierno que voy a presidir tendrá el compromiso de que todas las políticas económicas y públicas se encaminarán a la generación de empleo digno en nuestro país.
En concreto, ¿cuáles son sus propuestas y proyectos en favor del Caribe?
Todo el mundo sabe que la Costa Caribe ha sido muy insistente en la necesidad de que sea reconocida como región y que le sea concedida la autonomía que prometió la Constitución del 91, pero que nunca se materializó. A mi me parece que es fundamental ir en esa dirección porque el presupuesto central, por decirlo de alguna manera, recoge el 85% de los recursos y solamente el 15% se reparte en las regiones y eso está generando unas distorsiones en la democracia y una distorsión en el desarrollo regional de los distintos territorios colombianos que se tienen que subsanar con autonomía y con descentralización de recursos.
En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2010 Gustavo Petro, que entonces era candidato por el Polo Democrático, obtuvo la segunda votación del Atlántico. ¿Cómo ha venido trabajando su partido para mantener ese caudal electoral en el Departamento?
Nosotros hemos venido trabajando en el Atlántico y en toda la Costa Caribe respaldando, como ha sido nuestra costumbre, todas las movilizaciones sociales y todas las causas populares. Aquí en Barranquilla, usted sabe que tenemos un concejal, Rafael Sánchez Anillo, nuestros ediles y todas las directivas del Polo que están completamente comprometidas con luchas sociales muy certeras. Como es el caso de los desplazados del Tamarindo o la defensa de la gente cuando la quieren sacar del mercado, en fin, todos los temas que usted ha visto de la necesidad de protección de los sectores vulnerables que por ser informales no son considerados por la autoridad. Ellos tienen la defensa del Polo Democrático y creo que se sienten representados y protegidos por nosotros.
Las experiencias de los últimos gobiernos de la izquierda han sido muy polémicas, ejemplo de ello son los dos últimos periodos en la Alcaldía de Bogotá en manos de Samuel Moreno y ahora con el caso de Gustavo Petro. ¿Qué argumentos está usando para convencer a los colombianos de que su Gobierno será diferente.
Yo tuve seis meses la Alcaldía de Bogotá a mi cargo, cuando destituyeron a Samuel Moreno. Entré en la peor crisis de la historia de la capital de la República, con los peores indicadores de favorabilidad, nadie daba un centavo por la Alcaldía que yo ejercí. Seis meses después de un trabajo arduo, puse la casa en orden. Generé todas las dinámicas para concretar y cerrar bien un Plan de Desarrollo. Tuve la calamidad publica más grande de toda la historia de Bogotá que fue la inundación que afectó con más de 300 mil personas y la sorteamos con una absoluta eficiencia. Además, extendí servicios sociales fundamentales como el mínimo vital del agua potable, la tarifa diferencial en el transporte público para las personas con discapacidad. Finalmente entregué la Alcaldía el 31 de diciembre con el 78% de favorabilidad en las encuestas, la más alta de alcalde alguno en la capital del país, nunca se había llegado a un indicador de ese nivel. Creo que eso es credencial suficiente para mostrar no solamente que sé gobernar, sino que sé gobernar bien.
En caso de ganar la Presidencia, ¿qué coaliciones haría para formar mayorías en el Congreso y garantizar la efectividad de los trámites de los proyectos de Ley y las reforma que se impulsen desde el Ejecutivo?
Nosotros hemos planteado unas profundas reforma que están en nuestra propuesta política y que van a ser presentadas ante el Congreso de la República. Tenemos una bancada que tendrá que hacer de timonel en la búsqueda de su aprobación. También he dicho que bancadas como la del expresidente y ahora senador Álvaro Uribe, él habiendo sido Jefe de Estado, sabe de las necesidades de esas reformas. Vamos a hacer el esfuerzo y pensamos que se puede lograr con un compromiso nacional en función de hacer los grandes cambios de Colombia necesita y reclama. Pero de no encontrar efectividad en el Congreso de la República, tendemos que acudir a los mecanismos constitucionales que permiten apelar directamente al pueblo, para hacer valer nuestro programa con el respaldo de las mayorías que habrán sido las que han generado la elección del presidente de la República.
Teniendo en cuenta lo que ha sido el Gobierno del presidente Santos, ¿qué de eso mantendría y qué reformaría inmediatamente?
Un tema fundamental es el de la paz. Nosotros estamos apoyando las negociaciones de La Habana, desde luego que las continuaríamos para llevarlas a feliz término. Pienso que ha hecho crisis la negociación en medio de la guerra, así es que me propondría negociar un cese al fuego unilateral de la guerrilla, atado a un cronograma para ponerle términos a las negociaciones y desde luego reciprocidad de la fuerza pública; desde luego incorporaría un representante de las víctimas, un representante de los sindicatos y los sectores sociales, pondría a la mujer a figurar en esas negociaciones y no como ahora que están escondidas en el cuarto de atrás. Pienso que eso le daría al proceso mayor legitimidad, generaría más confianza no negociar en medio de la guerra porque es algo demasiado doloroso, más ahora que se sabe que estamos a las puertas de un acuerdo y no tiene ningún sentido seguir produciendo víctimas.
El próximo Gobierno tendrá que tramitar varias reformas que queda pendientes de este cuatrienio.
Si, todas. Uno de los temas fundamentales para la construcción de paz y reconciliación es que haya cumplida y pronta justicia. Entonces es fundamental proceder a la reforma a la justicia eliminando privilegios y garantizando una selección despolitizada, por méritos, ojalá por concurso de oposición de los magistrados de las altas cortes, del contralor y del procurador que debería ser un Tribunal de cuentas, un tribunal disciplinario y ver acortadas sus funciones para que no se repitan casos como el de Bogotá que se interpretaron las facultades para violentar tratados internacionales.
Otra reforma fundamental es la del servicio de salud. La salud es un derecho, no es una mercancía ni un negocio y nosotros tendríamos que reestructurar el servicio de salud con base en los territorios, eso es mucho más eficiente. Además, desde el punto de vista económico sería mejor racionalizar todas las redes de los prestadores de servicios públicos y privados a través de un sistema de atención primaria en salud con un fuerte componente de prevención, con la remisión de los pacientes según el nivel de complejidad requerido. Esos son temas del ABC que han funcionado en otras partes del mundo y que en Bogotá, en la parte de atención primaria y preventiva, dio tan buenos resultados con los programas de salud a su hogar. Así que hay una lista larga de cosas por hacer.
¿Y en cuento a una reforma política, qué modificaciones haría?
Hay que eliminar el articulito de la reelección que es muy tóxico y lo demuestra todo lo que ha pasado últimamente, que se ponen con esos incentivos perversos a gobernar para la reelección y no para sacar adelante un programa de Gobierno. Así que la primera reforma política es la eliminación de la reelección.
Esta contienda se ha caracterizado por los ataques y la llamada 'guerra sucia', ¿qué opina al respecto?
Se han hecho revelaciones muy comprometedoras tanto de las infiltraciones informáticas, como de la situación con JJ Rendón. Hay un refrán guajiro que dice que cuando las comadres pelean se conoce la verdad y ya vamos viendo cuál es la verdad. Quienes utilizan la guerra sucia electoral no están capacitados para gobernar a Colombia. El pueblo quiere decencia, el país necesita saber por quién va a votar en las elecciones, pero cada vez vamos viendo que se siguen desarrollando más capítulos de esta novela y no podemos caer en ese juego. Tenemos que darnos cuenta de cómo pretenden engañar a los colombianos.