El violín y la guitarra que resuenan en el corazón de Rebolo
Sallyandy y Jhusandry Plata Godoy crecieron en una de las esquinas más peligrosas de la ciudad. Con cultura anhelan salvar vidas.
Disparos, gritos, lamentos. Esas son las escenas de un acto sinfín que han presenciado en carne propia, quizá, en el peor de los escenarios.
Fuerza, amor y valentía. Así podría llamarse la obra que resume la historia de Sallyandy y Jhusandry Plata Godoy, dos hermanas, dos artistas, dos ‘hijas’ de Rebolo.
Muchas veces el peligro ha tocado su puerta. Seis años tenía Jhusandry cuando quedó en medio de un cruce de balas. Ella manejaba una bicicleta a dos casas de los ‘Tres postes’. Esa vez contó con suerte y logró ponerse a salvo.
Sallyandy, la mayor, recordó cómo una madrugada toda la familia duró tres horas debajo de sus camas. ¿El motivo? Evitar que alguna bala perdida les hiciera daño. Afuera, la Policía y un grupo de bandidos ponían a prueba su audacia sin medir daños colaterales.
Ellas viven en la calle 17 con carrera 35, en frente de los ‘Tres postes’. Estadísticas de las autoridades confirman que este es uno de los sectores más peligrosos de la ciudad.
Con sus padres llegaron allí hace más de 20 años. Su mamá, Sallyandy Godoy Hoyos, desde 2001 le dio todo a sus pequeñas, incluso más de lo que pudo creer, sin un hombre a su lado.
Los impasses nunca fueron impedimento para salir adelante, esos altercados no las desafinaron. A pesar de todo han logrado romper el estigma que señala a los habitantes de ese barrio. Las dos jóvenes, con el apoyo de su madre, se han superado gracias a su talento.
Arte. Su historia en el mundo artístico comienza desde pequeñas. A su papá, Hermes Plata Cano, le gustaba la música y vio en sus dos hijas la misma pasión. Cuentan que él las hacía cantar y en ese momento todo lo demás era olvidado.
Hoy, Sallyandy tiene 28 años, toca el piano y la guitarra, canta, baila y actúa. Jhusandry, de 23, la sedujo el violín y la guitarra, también canta, baila y actúa como su hermana mayor.
La primera de la familia en comenzar fue Sallyandy a sus 6 años. Ella cantaba en un grupo de música de su colegio, el Centro Social Don Bosco. Más adelante seguiría con la danza.
Esa ruta la siguió Jhusandry, pues también quería ser artista. Tiempo después, la pequeña también se introdujo al grupo de danza de la institución educativa.
Con el tiempo fueron creciendo y perfeccionando sus habilidades, eso sí, nunca han olvidado el proceso.
“Nuestra infancia fue un poco dura”, recuerda Jhusandry. Agrega que su mamá las mantenía resguardadas. “Siempre era del estudio para la casa y de la casa para el colegio”.
En muchos de los recuerdos de su niñez reinan los sonidos de “tiros y gritos”. Sin embargo, en la danza y la música las hermanas encontraron libertad.
Han viajado por gran parte del territorio nacional, e incluso la menor de ellas fue a Estados Unidos.
“En julio de 2013 visité la OEA y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) en Washington y la Fiesta de la Hispanidad en Nueva York”.
Jhusandry también participó como bailarina en la inauguración de la Copa Mundial Sub-20 celebrado en Colombia en el 2011. Asimismo, en la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en 2018.
Por su parte, Sallyandy cantó en la inauguración de la estatua de Shakira y en múltiples festivales a nivel nacional.
‘Sally’, como le suelen decir de cariño, dice que al crecer se dio cuenta del camino que quería tomar. “Cuando me graduó del colegio decidí irme a Bogotá a estudiar música. Yo tenía 17 años. Hice tres semestres en la Universidad El Bosque y no pude continuar porque me enfermé”, rememora la joven.
Durante unas vacaciones regresó a ver a su familia, y su mamá, al ver su estado de salud, le dijo que no se fuera, que debía quedarse. “Yo me iba a devolver a Bogotá para continuar con mis clases y no pude”, cuenta.
Tras ese suceso decidió estudiar Dirección y Producción de Radio y Televisión en la Universidad Autónoma del Caribe, carrera que culminó en 2019. Paralelamente se inscribió en Licenciatura en Música, en la facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico. Va en séptimo semestre. Además hizo parte de un cortometraje en el que colaboró con la actriz Obeida Benavidez.
Su hermana Jhusandry es egresada de la EDA y actualmente se encuentra adelantando un curso tecnológico de producción multimedia.
Sueños
La violencia, los habitantes de calle con todas sus carencias y vicios, todo lo malo del sector de los ‘Tres postes’ les marcó el alma.
Crecieron amando el arte y odiando la maldad. Así lo mencionó ‘Sally’. “Durante toda mi vida he visto cómo los niños se dicen entre ellos que se van matar, y cuando crecen son personas que solo hacen cosas malas”.
Por la necesidad de un espacio cultural donde haya paz, estas dos hermanas alzan su voz. “La presencia de la Policía no puede hacer que la mentalidad de estos niños cambie. Un espacio diferente donde se aparten de lo malo, sí”, detalló la mayor de ellas.
“Apoyo a mi hermana. Queremos compartir todos nuestros talentos con los niños y jóvenes del barrio, para que en ese espacio puedan reposar todas sus habilidades artísticas y sus temores también”, agregó Jhusandry.
Con violín, guitarra, su vida y sus logros están dispuestas a demostrar que en Rebolo es más lo bueno que lo malo.
Esta historia es un homenaje a su papá Hermes Plata. Q. E. P. D.
Nibaldo Castro, director de la Cofradía Teatral de Barranquilla, profesor de la EDA y maestro en Artes Escénicas de la Universidad del Atlántico en la facultad de Bellas Artes, vio crecer a Jhusandry y Sallyandy.
Este profesor asegura que así como ellas llegaron a utilizar la cultura y el arte para expresarse y salir adelante, muchos otros jóvenes de barrios marginados también lo han hecho. “Hemos trabajado a lo largo de muchos años con personas como ellas.
Estos sectores son engañosos porque en ellos hay mucha vitalidad, sobre todo ganas de querer contar historias, de expresarlas”, dijo el profesor, quien concluyó asegurando que “Jhusandry y Sallyandy rompieron la membrana de un circulo estigmatizado que realmente casi nadie puede”.
