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Salvas de cañón, ofrendas florales y los sentidos homenajes de representantes de la vida pública británica marcan este viernes el principio del adiós a Isabel II, que culminará con un funeral de Estado en Londres dentro de unos diez días.

La Cámara de los Comunes del Parlamento celebró a lo largo del día una sesión especial para que sus 650 miembros puedan rendir tributo a la soberana más longeva de la historia del Reino Unido, que falleció el jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral.

Un minuto de silencio, el tañer de campanas y cañonazos en puntos emblemáticos del país han protagonizado la primera jornada de un programa de actos que se calcula que durará hasta el 19 de septiembre, cuando se espera que la reina reciba sepultura junto a su padre, Jorge VI, en el castillo de Windsor (a 40 kilómetros de la capital).