Poco se sabe aún del nuevo Centro de Coordinación Civil-Militar para Gaza (CMCC) desde el que tanto el gobierno de EE. UU. como el de Israel planean monitorizar el alto el fuego en Gaza, forjar una coalición de tropas internacionales y facilitar la llegada de más ayuda humanitaria al enclave cercado.
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Lo que se conoce es que el CMCC, inaugurado el pasado 17 de octubre según anunció días después en un comunicado el Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), se encuentra en la ciudad sureña israelí de Kiryat Gat, al noreste de Gaza.
El centro se asemeja a un hangar, según constataron unos pocos periodistas el pasado día 21, coincidiendo con una rueda de prensa allí del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, junto al enviado especial de la Casa Blanca para Oriente Medio, Steve Witkoff, y Jared Kushner, yerno de Trump.
El edificio es similar al de una empresa de alta tecnología, con pantallas gigantes y oficinas que componen un centro de comando y control desde el que seguir los acontecimientos que sucedan en Gaza a tiempo real.
Una fuente de la ONU confirmó a EFE que se han producido reuniones en el CMCC “para fines de coordinación” con diversas organizaciones, sin dar más detalles al respecto. En ellas habrían participado, al menos, personal del Programa Mundial de Alimentos y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), confirmó a EFE otra fuente diplomática.
Fuerza militar internacional
El centro alberga ya, al menos, personal militar israelí, británico y canadiense; así como unos 200 soldados norteamericanos con experiencia en transporte, planificación, seguridad y logística. Se espera que se sumen también tropas de Egipto, Indonesia y los países del Golfo; si bien no queda claro si serían desplegadas dentro de Gaza o a fin de asegurar la divisoria.
“El CMCC está diseñado para apoyar los esfuerzos de estabilización. El personal militar estadounidense no se desplegará en Gaza, sino que ayudará a facilitar el flujo de asistencia humanitaria, logística y de seguridad de sus homólogos internacionales a Gaza”, detalló el CENTCOM en su anuncio.
Según detalló un diplomático extranjero al diario israelí Haaretz, existirá una estricta separación entre estas tareas de coordinación y la incipiente Fuerza de Seguridad Internacional (ISF), encargada de desmantelar las capacidades militares de Hamas y, según el plan de Trump, reemplazar al Ejército israelí en las áreas de las que se retire.
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El despliegue de esta fuerza internacional, sin embargo, puede aún tardar semanas. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, visitó el CMCC el pasado viernes durante su visita de dos días a Israel, y confirmó que aún se están debatiendo las reglas de combate de la fuerza y si operará bajo un mandato de las Naciones Unidas.
Para el comentarista israelí Ariel Kahana, del diario Israel Hayom, le de máxima circulación en el país, este “período provisional” o especie de limbo hasta su implementación solo facilita el fortalecimiento y la reagrupación de Hamás en Gaza. Este mismo domingo, el grupo islamista reiteró su disposición a convocar elecciones y dejar las armas siempre que la “ocupación termine”.
Sin embargo, otras voces como la del analista político Ori Goldberg consideran que si bien el CMCC “no es de fiar ni una opción justa ya que no busca el acuerdo entre las dos partes, sí puede ser una manera efectiva de que la situación avance más allá del genocidio” de Gaza.
“Lo más significativo aquí es que (la ISF) contrarresta e impide la absoluta discreción e impunidad de Israel. Porque una vez que haya personal extranjero en Gaza, Israel debe coordinarse con ellos, no puede atacar a voluntad porque podrían morir. Y cuanto más tiempo permanezcan sobre el terreno, más difícil es para Israel completar el genocidio”, dijo Goldberg en declaraciones a EFE.





















