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Mírame fijamente hasta cegarme, mírame con amor o con enojo, pero no dejes nunca de mirarme, porque quiero morir bajo tus ojos”. Entonando esta estrofa del maestro Tobias Enrique Pumarejo y resaltando frases únicas de las mejores letras de los grandes de este género musical, el periodista y escritor Juan Gossaín resaltó que los viejos cantos vallenatos eran unas verdaderas poesías que hay que seguir preservando.

Por ello, su principal recomendación ayer durante la Tertulia de EL HERALDO sobre la creación del clúster vallenato es que hay que meterle orden creativo al folclor, a la tradición y a la cultura callejera.
A la tertulia en la que estuvo acompañado por su esposa Margoth Ricci, también asistieron: Santander Durán Escalona, Adolfo Pacheco, Roberto Calderón, Adrián Villamizar, Oscar Negrete Zuleta, Lenín Bueno, Edward Cortés, Stella Durán Escalona, Carlos Llanos, Lolita Acosta, Ariel Castillo, Ramón Dávila, Margarita de García, Jaime García Márquez, Nemesio Morad, Pedro Buelvas, Vivian Chagui de Buelvas, Luz Elena Amín, Alvaro Villa y Alvaro Roca.

Gossaín aseguró que el clúster vallenato es la mejor idea que se ha tenido en años y hay que seguir el ejemplo del Carnaval de Barranquilla para que también sea Patrimonio Cultural. “Sin organización no se consigue nada”.

Manifestó que el vallenato se divide entre cronistas y poetas, de ahí para adelante tiene todas las subdivisiones que quiera: el vallenato sabanero, el guajiro, el vallenato vallenato, etc. “Cinco o seis son los grandes cronistas vallenatos, son menos los poetas y de los pocos que conozco está Leandro Díaz, pero entre los grandes cronistas y los grandes poetas está Pacheco, él es el resumen de las dos escuelas y por eso es que hay que salvar eso y dejarlo consagrado”.

Carlos Llanos, coordinador del Clúster Vallenato, explicó que se requiere apoyo institucional para que la gente asimile la importancia y la dimensión que tiene el Clúster para el desarrollo socioeconómico de la región vallenata.

“En este momento es un acuerdo de voluntades en vía de formalización entre actores, gestores y entidades de apoyo de la cultura, donde pretendemos posicionar una identidad cultural de la región vallenata a nivel nacional e internacional a partir de la expresión de la música vallenata tradicional”, expresó.

La primera acción que desarrollan es la de solicitar ante la Nación y ante la Unesco la declaratoria de Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Nación y de la Humanidad.

Actualmente están formulando el Plan Especial de Salvaguardia que exige el Consejo de Patrimonio para identificar las iniciativas de protección al vallenato para garantizar la permanencia en el tiempo.
Lolita Acosta dijo que la mayor discusión que se ha generado es qué es lo que se debe proteger. Aunque ya se han identificado algunas cosas hace falta fortalecerlas y para ello se han abierto los espacios.

Análisis, por Rafael sarmiento Coley

Uno de los aspectos más valiosos que dejó la tertulia es que, en adelante, no hay discusión acerca de cómo debe llamarse la música de acordeón. Es el vallenato. Y punto. Esa es la marca comercial más sonora y fácil de recordar. Solo que bajo el ropaje de un clúster, que es en esencia la propuesta que impulsan la mayoría de los asistentes a la nutrida cita. En ese escenario estarían de manera estelar todos los eslabones de la rica cadena que rodea la cultura vallenata: literatura, música, letra, paisaje y, por supuesto, darle a todo eso un carácter institucional; que defienda a capa y espada a los hacedores de este folclor, quienes históricamente han sido esquilmados por unos avivatos que se han apoderado de los puestos de mando en las sociedades creadas para proteger a los compositores. Es un momento estelar, justo cuando el negocio de la música ya no está en las manos todopoderosas de las intocables casas disqueras. Ese poder cambió de manos. Se atomizó. Ahora está en manos de todos, gracias a Internet y a las redes sociales. Entonces, bienvenido el clúster vallenato. Y ojalá sigan estas tertulias tan productivas.

Por Leonor De la Cruz
leonor.de la cruz@elheraldo.com.co