El Heraldo
Carlos Lajud Catalán detrás de un micrófono mientras realizaba su programa en Emisoras ABC. Archivo
Judicial

“No hubo, ni habrá justicia en el caso de mi papá”

Este 19 de abril se cumplen 30 años del asesinato del periodista deportivo Carlos Lajud Catalán y, después de todo este tiempo, la investigación por el crimen no ha dado resultados.

Un 20 de abril de 1993 las calles aledañas a la Catedral se encontraban abarrotadas de personas que lloraban casi que de manera sincrónica la partida de alguien al que le habían cortado la voz mediante una ráfaga de tiros.

El sol resplandecía fuertemente, los dolientes marchaban, mientras que familiares y amigos cargaban el féretro con los despojos mortales del periodista Carlos Lajud Catalán, al mismo tiempo que un individuo cualquiera reprodujo en su grabadora la canción Por estas calles, interpretada por el venezolano Yordano, y en la cual existe una estrofa que los presentes, a día de hoy, no olvidan.

“Por eso cuídate de las esquinas, no te distraigas cuando caminas, que pa’ cuidarte yo solo tengo esta vida mía”, pues el periodista deportivo fue asesinado en una de esas intersecciones de las cuales su esposa siempre le pidió que tuviera precaución.

En las páginas de EL HERALDO se registró el crimen ocurrido el 19 de abril de 1993, así como su sepelio y la marcha que realizaron sus colegas periodistas en su honor. Archivo

Por esa época el panorama político en ‘la Arenosa’ tenía en el poder municipal a sectores de la izquierda. Los barranquilleros estaban cansados de los mandatarios de pocos resultados y por eso habían firmado un cambio.

Todo esto sale a colación luego de que en los rincones de toda la ciudad reinara la hipótesis de que a Lajud Catalán lo mataron “por exponer supuestos casos de corrupción” de la administración de turno. Sin embargo, hoy, ad portas de cumplirse 30 años de su crimen, ejecutado el lunes 19 de abril de 1993, su familia es consciente de que “no hubo, ni habrá justicia” para su caso.

Por eso cuídate de las esquinas, no te distraigas cuando caminas, que pa’ cuidarte yo solo tengo esta vida mía
Recuerdos inamovibles

Carlos era un hombre de mediana estatura, contextura gruesa, piel trigueña y un particular afro casi que de color amarillo, características que lo llevaron a recibir el apodo de ‘Carnero’, por parte de varios de sus colegas en Puerto Ordaz, Venezuela, donde se radicó mucho tiempo. 

Allá en el vecino país nacieron sus dos últimos hijos, Natalia Patricia Lajud y Carlos Alfonso Lajud. Este último siguió los pasos de su padre como periodista deportivo, y a pesar de casi triplicar la edad que tenía cuando ocurrió ese fatídico episodio en su vida recuerda perfectamente todo, de una manera de la que quizá no quisiera. 

En aquel entonces era un pequeño de siete años que le encantaba acompañar a su papá todos los días a realizar el programa llamado ‘Actualidad Deportiva’, en Emisoras ABC.

Su trayecto siempre era el mismo: salir de su domicilio, caminar las calles del norte de la capital del Atlántico y detenerse en la frutera ‘Los Compadres’, ubicada en la carrera 46 con calle 74, —mismo sitio donde sería ultimado su progenitor—, tomarse un jugo y continuar su camino. 

“Recuerdo que no me fui con mi papá, cuando normalmente lo acompañaba a la emisora. No recuerdo bien el por qué ese día no fui. Recibimos varias llamadas en un solo momento, mi mamá puso la emisora para escuchar si mi papá estaba hablando y lo que hizo fue confirmar lo peor”, dijo Carlos Alfonso, en conversaciones con EL HERALDO.

“Hemos confirmado que Carlos Lajud Catalán ha fallecido”, eso informó la cadena radial justo en el momento en el que la mujer y el niño la sintonizaban. De manera inmediata ella gritó y salieron corriendo de su casa, incluso el pequeño no alcanzó a colocarse su calzado, iba descalzo. Abordaron un taxi y la escena que el menor observó es algo que jamás pudo borrar.

“Llegamos al lugar de los hechos y veo a mi papá tirado, todavía no lo habían cubierto, lo cuento y es como si estuviera reviviendo ese día, y cuando voy a tocarlo me sacaron de la escena. Ya después volví a verlo en un ataúd. Lastimosamente entre los recuerdos es la última imagen que tengo de ese día”.

Registro de la muerte de Carlos Lajud Catalán, un 20 de abril de 1993, en EL HERALDO. Archivo
“Mi papá era mi héroe”

Es increíble cómo su hijo tiene aún presente todo lo que vivió con su padre, que para muchos pudo ser poco tiempo, para él fue una infancia casi perfecta: “Para mí mi papá lo era todo, era mi héroe, era la persona con la que iba en las mañana al programa, era la persona con la que iba al estadio, era una persona muy diferente a la que escuchaban por la radio detrás de un micrófono”.

Un recuerdo en particular surgió en medio de la conversación. Como si de una epifanía se tratase, Carlos rememoró un día lluvioso en el que fue con su progenitor al ‘Coloso de la Ciudadela’ a ver un enfrentamiento en el que Junior venció 3 goles por 1 a Santa Fe.

Al momento de salir del estadio la avalancha de gotas incrementó, comenzó a correr y su padre agotado le dijo: “Cálmate que yo estoy gordo y tú eres un ‘pelaito’ todavía”.

“Tengo muchos recuerdos, no sé si él siempre supo si su vida iba a ser corta, pero la verdad nos dio los mejores momentos. Cuando iba al estadio y él tenía trasmisión me llevaba y me decía que me levantara temprano al día siguiente porque si no mi mamá nos mataba a los dos.

Recuerdo que luego de eso nos deteníamos en Todo Rico, en la parte trasera del colegio San José, en donde había una paredilla y nos comíamos un perro y nos íbamos para la casa a eso de las 10”, añadió.

El hoy director de comunicaciones de la Federación Colombiana de Fútbol concluyó que si su padre continuara vivo “chocarían” por sus parecidas formas de ser:

“Él tenía conceptos muy distintos, manejando esa vehemencia para denunciar y defender las cosas. Yo soy muy correcto y disciplinado en lo mío, entonces sería jodido para nosotros dos enfrentando cada uno nuestras posiciones y cada uno luchando por el que tenga la razón. Mi papá era un fenómeno en lo que hacía, me enseñó a decir la verdad y a defender mis ideales”.

Llegamos al lugar de los hechos y veo a mi papá tirado, todavía no lo habían cubierto, lo cuento y es como si estuviera reviviendo ese día
Un proceso sin justicia

Para la familia Lajud Martínez, el proceso judicial fue muy difícil, todas las situaciones hicieron que los más pequeños crecieran de una manera apresurada. Cuatro de los cinco hermanos se fueron del país, uno por amenazas, el único que permaneció en Colombia fue Carlos Alfonso.

“Pasados unos meses de la muerte de mi papá, recibimos una llamada en la que nos dijeron que si seguimos investigando nos vamos a quedar sin mamá también. Por lo que yo le dije a mi mamá que dejáramos eso así. Hace 10 años, cuando se cumplieron 20 del asesinato, llegué a Barranquilla, me llamaron por teléfono y me dijeron que dejara que el proceso precluyera, que no me metiera con eso nuevamente. Nosotros dejamos eso así, porque en este país no pasa nada, Barranquilla sigue siendo lo que fue y los únicos que sufrimos fuimos nosotros. Nunca hubo justicia, ni creo que la habrá”, finalizó el periodista.

El féretro con los despojos mortales de Carlos Lajud Catalán. Archivo
Nosotros dejamos ese proceso así. En este país no pasa nada con la justicia
Recuerdos del país fronterizo

Iván García, quien fue coordinador del diario El Pueblo, en Puerto Ordaz, Venezuela, manifestó a este medio:“Indudablemente establecimos una conexión periodística y humana extraordinaria. Yo digo con mucha satisfacción que Carlos era un excelente profesional, mejor amigo y mejor ser humano. Era un tipo extremadamente jovial, siempre alegre, no dudaba en enseñar”.

“Han pasado 30 años y no logro olvidar absolutamente ningún momento, un sancocho al mediodía, una mañana de comer empanadas, una pauta para ir a cubrir un partido de fútbol. Acabaron con la vida física, pero no con el legado de Carlos Lajud Catalán: un legado de periodistas integrales, que no solo se dedicaban a una sola fuente. Eran periodistas todo el día, en el radio, en la televisión, en la prensa escrita, pendiente a todo”, declaró García.

Archivo
El amante

Patricia Latorre, cuñada de Carlos, lo recuerda como ese hombre que conoció cuando apenas ella tenía 11 años de edad y su hermana Betty lo llevó hasta su casa a presentarlo en 1972. Para ella él no era un cuñado, era un hermano más con el que podía ver los reinados nacionales y el Miss Universo, espacios que siempre aprovechaba para llevarles comida.

“Era una persona muy cálida, muy familiar, muy consentidor. Amó entrañablemente a mi hermana. Yo recuerdo ese compromiso con su profesión, esa persona amable, atenta y seria”, añadió la allegada, entre una risa llena de mucha nostalgia.

La mujer agregó que dos meses antes de que lo asesinaran pudo compartir con él en Bogotá. “Él creía que iba a morir del corazón porque ya había sufrido un infarto, también sufría de diabetes, no creo que por su mente pasara que lo iban a asesinar”.

No hubo una fuerte investigación: SIP

Sobre el crimen de Lajud Catalán, la Sociedad Interamericana de Prensa estableció que “existe fuerte sospecha de encubrimiento por parte de funcionarios públicos y si bien ello no puede ser comprobado, los actos de omisión por parte de agentes del Estado sí son verificables”.

Por el caso detuvieron a Alfonso Zapata como autor material, pero fue liberado. María Pérez Tordecilla, vinculada como intermediaria, fue asesinada. El caso tomó otro camino cuando una mujer que decía ser la esposa de un hombre llamado Enrique Somoza denunció que a él, asesinado en 1994, lo había contratado alguien para asesinar al Carlos.

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