Los vecinos de Louchats han descubierto consternados los detalles de un nuevo infanticidio en suelo francés, después de que la Gendarmería hallara en la casa de una familia de ese pueblo de 700 habitantes del suroeste del país los cadáveres de cinco recién nacidos, cuatro de ellos congelados. La esposa, una mujer de 35 años sin antecedentes policiales, se encuentra en un hospital universitario de Pellegrin, en Burdeos, donde le están sometiendo a análisis psiquiátricos y ginecológicos para establecer si tiene vínculos sanguíneos con todos los neonatos. Por ahora, la fiscal del caso, Anne Kayanakis, ha informado en rueda de prensa de que se ha establecido el parentesco con uno de los pequeños, un 'bebé de sexo masculino y viable' que probablemente nació el pasado martes y falleció horas después. 'Son personas que no llamaban la atención. A priori, parece que ella es la madre de los niños. 'Queda por determinar las circunstancias de su nacimiento, de su muerte y de su ocultación', señaló la representante del ministerio fiscal.