
La coalición de derecha del jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi registró ayer una humillante derrota electoral al perder la Alcaldía de Milán, su feudo desde hace 18 años, y salir derrotada en Nápoles, la capital del sur, lo que podría marcar el fin del “berlusconismo”.
“Inicia una nueva era para Milán”, declaró el candidato de la izquierda, Giuseppe Pisapia, visiblemente satisfecho por los resultados en medio a los aplausos de la muchedumbre que gritaba “Milán liberada, Milán liberada”.
En Milán, la alcaldesa saliente y candidata de Berlusconi, Letizia Moratti, obtuvo sólo el 44,9% de los votos contra el 55,10% alcanzado por el candidato de izquierda, en la segunda vuelta electoral celebrada el domingo y lunes.
Pisapia, un tímido penalista de 62 años, promovido por el gobernador de Apulia, Nichi Vendola, proveniente de las filas de Refundación Comunista, se impuso por sorpresa en las primarias del Partido Democrático (PD) al candidato oficial y logró convencer al electorado, inclusive a una parte de la burguesía industrial milanesa, con un estilo educado, basado en el diálogo y los resultados concretos.
“Perdimos, es evidente. Pero tenemos que mantener la calma y seguir adelante. La coalición debe permanecer unida”, admitió Berlusconi al margen de una visita oficial en Rumania.