Angie Vanesa Sandoval Padro, una ciudadana colombiana, fue detenida en New Smyrna Beach, Florida, por llevar a su perro a una playa donde están prohibidos llevarlos, según las normas de la ciudad.
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Lo peor ocurrió fue que durante el procedimiento, un oficial del condado de Volusia revisó su estatus migratorio y se comunicó con ICE (la agencia de inmigración de EE. UU.), quienes, según el video grabado por la cámara corporal del agente, indicaron que debía ser deportada.
En el mismo registro audiovisual se escucha al oficial decir: “Preferiría arrestar a traficantes de drogas, pero no tengo elección”.
La mujer estaba muy asustada y aunque en un inicio esperaba que ICE emitiera una orden de detención para iniciar su deportación, finalmente no lo hizo. Sandoval Padro recuperó la libertad tras pagar una fianza de 1.000 dólares.
Por su parte, el sheriff del condado, Mike Chitwood, defendió la actuación de sus oficiales y negó que se tratara de un caso de perfilamiento racial. En declaraciones a la prensa local, aseguró: “Solo hacemos cumplir la ley. No se trata de ser buenos o malos”.
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También destacó las dificultades que enfrentan los cuerpos policiales por los constantes cambios en las políticas migratorias: “Cada cuatro años todo cambia, y nosotros quedamos atrapados en medio intentando aplicar la ley de forma coherente”.
El mismo medio que reseñó la noticia, señaló que entre el 1 de junio y el 18 de julio, en el condado se realizaron 17 arrestos por la misma infracción de tener animales en la playa.
