
Una ciudad que fabrica cultura
Desde hace poco más de una década comenzó a gestarse el sueño de construir y contar con la Fábrica de Cultura, un sueño que hoy se materializa con su inauguración.
Barranquilla, desde que tiene memoria, ha sido una tierra fértil para el arte y la cultura en todas sus manifestaciones posibles. Y ello tiene que ver con todas las culturas, usos y costumbres que llegaron por el mar Caribe y por el río Magdalena, que enriquecieron la visión y la creación de nuestros artistas.
De manera espontánea los talentos florecían silvestres en cada rincón de la ciudad, algunos con mucha más suerte encontraron apoyo para hacerse visibles, y otros, quizás por falta de oportunidades o de acompañamiento, quedaron ocultos, incógnitos.
Tener ese potencial disponible merecía un espacio donde formar, educar, y engrandecer los dones de miles de niños y jóvenes que tienen en la industria naranja una posibilidad de vida, de desarrollo.
A pesar de contar con la Escuela Distrital de Arte (EDA) desde hace 25 años, sus estudiantes debían recibir sus clases en seis sedes prestadas en colegios oficiales distribuidos por toda la ciudad.
Por ello, desde hace poco más de una década comenzó a gestarse el sueño de construir y contar con la Fábrica de Cultura. Sueño que hoy se materializa con su inauguración.
Son 11.142 metros cuadrados distribuidos en 20 espacios múltiples que albergarán a 2.800 estudiantes en los 11 programas técnicos gratuitos que ofrece la EDA. Una edificación que –como lo señala su nombre– estará en función de impulsar a Barranquilla como un Distrito Cultural, porque esta es una ciudad que fabrica, vive, respira cultura.
Con esa visión y con esas características su ubicación no podría ser otra que Barrio Abajo, la primera ADN (área de desarrollo naranja) declarada en la región Caribe.
Apostarle a esta iniciativa fue sin dudarlo un gran acierto de ciudad. No faltaba más que un territorio como la capital del Atlántico debía preciarse de tener una infraestructura única y exclusiva para formar a nuestros artistas y para exhibir sus productos y desarrollos culturales.
Más que la inversión económica de 23.700 millones de pesos, es una inversión en el futuro de la niñez y la juventud barranquillera, es una inversión que abrirá puertas para convertir el arte en una opción de vida y en oportunidades para cientos de muchachos que terminan en caminos equivocados por no tener la posibilidad de explotar sus talentos. Solo tendrán que aportar más que sus deseos y ganas de salir adelante.
Al abrirse hoy el telón de la Fábrica de Cultura, cumple el Distrito con una –la primera– de las 12 metas que se trazó como hoja de ruta para este 2022. ¡Ojalá que las buenas noticias como esta se multipliquen y podamos seguir mirando con optimismo los sueños en grande de la ciudad!
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