Han pasado 48 años desde la familia Santo Domingo, propietaria en esa época de Cervecería Águila de Barranquilla, se convirtió en la principal accionista de Bavaria. Desde entonces, la compañía ha hecho movimientos empresariales estratégicos que cerrarían con broche de oro si llegase a convertirse en realidad la oferta que le tiene preparada Anheuser-Busch InBev (AB InBev), la cervecera más grande del mundo, a SABMiller.
Pero, se podría decir que todo comenzó en la capital del Atlántico. Cervecería Águila fue fundada en 1913 por Ernesto Cortissoz y el 1933 pasó a manos de la familia Santo Domingo, con don Mario a la cabeza.
Luego, en 1967 se fusionó con Bavaria y casi 20 años después (1982) incursionaron en el mercado ecuatoriano con la adquisición la Cervecería Andina de Quito y la Compañía de Cervezas Nacionales de Guayaquil.
En 1990, Bavaria hace una inversión de $263.914 millones quedándose con el 98,76% de acciones de la Cervecería Unión, Cervunión, y obtiene una participación importante en las acciones de la Compañía Andaluza de Cerveza, la Uniao Cervejeria y la Central de Cervejas de Portugal.
SAB Miller compró a Bavaria en 2005 por USD 7.800 millones y el Grupo Santo Domingo se quedó con una participación del 15,1%.
De ser comprada por AB InBev, el valor comercial de la fusión sería de USD291.900 millones y se quedarían con un tercio del mercado global.
Para el director del Centro de Estrategia y Competitividad de la Universidad del Norte, Harold Silva, los más beneficiados, si llegase a suceder esto, serían los consumidores colombianos, ya que 'van a tener más opciones para seleccionar la bebida de su preferencia, con la entrada de otras marcas'.
Agregó que esto va a generar una 'muy buena competencia' y que solo los que satisfagan las necesidades de los clientes son los que se van a quedar con el 'mayor pedazo de la torta del mercado'.
Según información del diario Sunday Times, de Inglaterra, la oferta de AB InBev sería de USD106.000 millones.