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El jugador 12 cumple un papel fundamental en el planteamiento táctico de un partido.

Es el que celebra los goles y disfruta los triunfos, pero es sobre todo el que alienta cuando el encuentro no está saliendo bien. Ante Atlético Nacional la hinchada tiburona tiene dos ‘espinitas’ clavadas, una luego de la derrota 4 a 0 sufrida en el último enfrentamiento, en el Metropolitano, y la otra del año pasado cuando el ‘verde’ les arrebató la celebración de la octava estrella.

Desde las gradas cuatro fanáticos tratarán de ‘meter miedo’ a los jugadores de Nacional con sus indumentarias y accesorios de tiburones. Esperan que el estadio esté completamente lleno para que los visitantes sientan el calor del ‘océano’ rojiblanco.

Un mal resultado casi daña la metamorfosis del tigre

José Forero

15 minutos demora José Forero en convertir su rostro en un tiburón. El fanático de 54 años va a estar hoy en su cuarto partido caracterizando a la mascota del Junior. Sin embargo, su frustrante primera experiencia casi lo lleva a dejar de disfrazarse. 'La primera vez que fui como tiburón el Junior perdió con Uniautónoma. Me la pensé dos veces antes de disfrazarme otra vez', cuenta Forero mientras acomoda en su craneo la cabeza de un tiburón con plumas rojas, blancas y azules que forman el escudo del equipo. La idea de esta indumentaria nació de una similar que ya usa y por la que ha sido reconocido en el exterior: un tocado de tigre. 'Todo nació como una expresión de Carnaval.

El cambio de tigre a tiburón ha sido sencillo porque son un apoyo para la Selección y para Junior, además los que me ven me reconocen', afirma dando los últimos toques con crema para darle más realismo a su rostro. Su fanatismo le permitió ir al pasado Mundial de Brasil en 2014 y a la Copa América de Chile a mediados de este año. 'Lo más bonito es que la gente me pedía fotos, me saludaba y a través de mí conocieron a Barranquilla', expresa el metamorfoseado tiburón, con el corazón de tigre. 

Willy, el jugador 12 que no deja que el ánimo decaiga

Willy de la Hoz

El tiburón Willy vive en una maleta negra con líneas amarillas. Cada partido de Junior sale a cazar en el cálido ‘océano’ Metropolitano, en aguas que se mueven con la turbulencia carnavalera que baja de las gradas del estadio repletas de hinchas. La mascota del equipo de Barranquilla mide unos dos metros y pesa cerca de 10 kilos, su cuerpo tiene la textura del plástico de las bolsas de compra y se mueve al compás del hombre que está en su interior. Cada broma, baile o jugada con el balón para enardecer a los fanáticos es inventada por Willy De La Hoz, su creador en 2008. Surgió en un año muy difícil para el equipo: estuvo luchando por no ir al descenso.

'Nació como una forma de levantar el ánimo de los fanáticos y como una estrategia para captar hinchas más jóvenes', señala De la Hoz, de 48 años. El barranquillero considera que la presencia del escualo plástico le ha dado buena suerte a Junior porque con él ganaron las ligas apertura de 2010 y finalización de 2011, la última en la que participó. Por situaciones personales no estuvo durante 2012, 2013 y 2014, pero este año regresó y el equipo rojiblanco ganó la Copa Colombia. Ahora espera que la buena racha se prolongue hoy en el primer partido de la final ante Nacional. El tiburón Willy sale de su guarida para darle la primera mordida a un equipo que el año pasado se les atragantó a los rojiblancos.

Un banco de tiburones sale desde la sede de la barra In

Carlos Pérez

Al entrar en la casa de Carlos Pérez da la impresión de estar en un barco de cazadores de tiburones. En cada rincón hay figuras de escualos de diferentes tamaños y materiales, con insignias del Junior y con los nombres de los jugadores adheridos, como en una especie de vudú para que les infunda la fiereza de la especie marina. 'Con los tiburones de espuma hacemos un homenaje a los jugadores más destacados', explica el comerciante de 58 años en la ‘cubierta’ del barco. En la sala de estudio hay un lugar especial reservado para los tiburones ilustres como Teófilo Gutiérrez y Carlos Bacca. Pérez es uno de los miembros de la barra In, un grupo creado hace unos 28 años y que está conformado por cerca de 15 personas.

Cada movimiento del comerciante es seguido por los ojos vidriosos de los escualos que le devuelven una mirada acompañada por bocas entreabiertas que enseñan dientes aserrados. Para hoy tienen una fiesta armada con arepas paisas, la que consideran la representación de Nacional. 'Cada que juega Junior, es como si fuera sábado de Carnaval para los barranquilleros. Esta vez toca pasar las butifarras con arepa paisa', asegura el capitán de la barra.

El ‘tiburoncito’ que estuvo dos días perdido

Celiar Beleño

Tiburoncito estaba ‘nadando’ en un mar de vasos plásticos, desperdicios de comida y papelitos picados cuando lo encontraron. El escualo de peluche estuvo desaparecido desde el pasado domingo en la noche, tras el partido ante Deportes Tolima, en un descuido de su creador, Celiar Beleño. 'Estaba en una tienda de golf en Estados Unidos y vi el forro de uno de los palos con forma de tiburón. Enseguida pensé en mi Junior del alma y lo compré', señala el instructor deportivo miembro de la Barra In. Asegura que no le importaba el precio, sino que solamente pensó en que era un buen artículo para animar desde la tribuna.

'Ya estaba pensando en el viaje, pero ya mañana va a estar otra vez como nuevo', indica el barrista con una expresión de alivio. Beleño habla con emotividad de su pasión por Junior, tanto que en un tema como la muerte, que para muchos es complicado, él no se deshace de su papel de fanático rojiblanco. 'Si es posible, me gustaría que me guarden en un cajón con forma de tiburón, con el tiburoncito', manifiesta.