Mees, el mata gigantes
El tenista neerlandés no fue inferior al reto y, al ganar por sets de 7-5 y 6-2, eliminó a Kaylan Bigun, la siembra número uno y principal favorito para llevarse el Mundial Juvenil de Tenis.
Hay un nuevo verdugo en el Mundial Juvenil de Tenis. El título de ‘mata gigantes’ se lo ha ganado a pulso. El neerlandés Mees Rottgering dio el batacazo en la tarde de este miércoles, y ganando por sets de 7-5 y 6-2, eliminó a Kaylan Bigun, siembra número uno y principal favorito para llevarse la competencia barranquillera.
El asombro era notorio en todos los asistentes del Parque de Raquetas. Rottgering, el mismo que acabó con las ilusiones del colombiano Tomas Marín y del británico Luca Pow, otro de los mejores jugadores para esta nueva edición, saboreó la gloria al alcanzar la hazaña de dejar en el camino a la máxima figura norteamericana de este certamen.
Hasta en los primeros pasajes del encuentro no había índice de una posible sorpresa. Las cosas estaban teniendo su rumbo normal. Kaylan comenzó a dominar el encuentro. Su servicio era un verdadero problema para Mees y la fuerza de sus respuesta daban evidencia de lo diferencial puede llegar a ser.
Por su parte, el oriundo de países Bajos, quien curiosamente reveló en su entrevista que es hincha del PSV de dichas tierras, no escondía la desesperación. Estaba incomodo en la cancha y su cabello ya se pegaba a la frente debido a la gran cantidad de sudor que había transpirado.
Pese a que el estadounidense quiso entrar en su mente burlándose de sus errores y aplaudiendo sus malos saques, la diferencia nunca fue amplia. Siempre lo tuvo cerca. Miraba a su derecha para encontrar calma en su entrenador que solo asentaba con la cabeza y aplaudía sus movimientos junto con sus otras dos jugadoras.
De un momento a otro, Rottgering logró sacar su mejor versión y, luego de varios pasajes donde no dejó oportunidad a Bigun, se escuchó un grito de furia con el que celebró la remontada del set (7-5). El favorito quedó desconsolado y expresó su ira pateando una pelota que llegó a caer fuera del recinto principal.
La constante para el segundo parcial no se detuvo. El esfuerzo fue enorme por parte de Kaylan para rescatar el juego — terminó lesionando su hombro —, sin embargo el destino ya estaba apartando su grandeza para otro tenista. Mees no le tuvo miedo al gigante y domó las intenciones rivales como un verdadero prodigio (7-5 y 6-2).
“Estaba nervioso al principio, me temblaban las piernas, pero me fui tomando confianza con mis servicios. Intenté mejorar poco a poco. Anoche hablé con mis padres, me dijeron que iba a jugar contra el mejor de todos. Sentí que tenía las capacidades para ganar y así fue. Puede que pierda mañana (este jueves), pero ya estoy contento con lo hecho hasta ahora”, afirmó Mees a EL HERALDO.
El neerlandés de 16 años no podía parar de sonreír y, aunque sabe que su nombre hará eco en la historia del Mundial, no quiere cargar con la responsabilidad de llevar el rotulo de nuevo favorito.
“No sé si soy el favorito, mañana veré si sigo inspirado (risas). Como le he dicho a mi entrenador, solo sueño con jugar al más alto nivel”, finalizó.
