En la noche del 16 de noviembre del 2013, el cartagenero José Carmona Núñez, el hijo menor de José y Justina, subió al ring en el Domo de San Luis de Potosí (México) con dos objetivos: vencer al mexicano Jorge Arce y ganar dinero para comprar los regalos de la Navidad de sus tres hijos.
'Él, antes de viajar a México, me dijo que iba bien preparado para ganar y que vendría con plata para diciembre', recuerda el padre. 'El 17 de noviembre llegó la desgracia a la casa, me enteré de lo peor que le ha pasado a mi vida. Quisiera que esa fecha no existiera', dice el hombre con voz quebrada.
En el octavo asalto de la contienda, Jorge Arce propinó una gran cantidad de golpes contundentes directos a la cabeza del cartagenero, que no aguantó y cayó a la lona sin conocimiento.
José terminó esa noche en el quirófano del hospital La Loma de San Luis de Potosí, donde le removieron un coagulo de sangre que se alojó en el hemisferio izquierdo de su cerebro. Después de un mes fue trasladado a su natal Cartagena, permaneció unos días en la Clínica Nuestra Señora del Rosario y posteriormente fue internado en el Hostal Médico HOM, donde aún se recupera de las secuelas que le dejó el accidente.
'No puede caminar, no habla y tiene poco movimiento en los brazos' dice José padre. 'Aunque no pueda hacer muchas cosas, él estaba bastante recuperado, pero hace unos días le hicieron un procedimiento mal y tuvo una recaída', cuenta.
El joven de 25 años, el pasado 27 de septiembre volvió a la Clínica Nuestra Señora del Rosario, esta vez fue internado en la Unidad de Cuidados Intensivos y le diagnosticaron líquido en los pulmones.
'Le tenían que cambiar las sondas, pero debían hacerlo sin que hubiese ingerido alimentos, pero no les importó y lo hicieron. En el procedimiento convulsionó y le entro líquido a los pulmones. Gracias a Dios ya salimos de esa y ahora volvimos al hostal', narró el exvendedor de pescado que ahora dedica su vida a cuidar a su hijo.
'No he querido saber nada más de mi trabajo, yo lo metí en el mundo donde le pasó esto, por mí entrenó boxeo, así que aquí me quedaré hasta que se ponga bien', comentó.
Don José volvió a ayudar a su hijo igual que hace 18 años, cuando apenas le daba sus primeros golpes a una pera. Ahora en vez de ponerle botas para cuidarle los tobillos, le pone medias para que no le dé frio. Ya los masajes no son para aliviar los golpes, sino para que recupere su movilidad y vuelva a lanzar puños. Los platos ‘bien cargados’ los cambió por suplementos nutricionales.
'Ya mucha gente se cansó. Ahora pocos lo visitan, pero no importa, aquí tiene a su padre que nunca le faltará', aseguró el hombre sin poder evitar las lágrimas.