La precariedad de los deportistas y la enorme cantidad de dinero que mueven las apuestas -tanto legales como ilegales- son el cóctel que explica gran parte de la corrupción en el deporte, según un informe de Naciones Unidas publicado el jueves.
Las apuestas ilegales mueven alrededor de 1,7 billones de dólares, una cifra cercana a lo que genera en un año una economía desarrollada como la de Italia, según el primer Informe Global sobre la Corrupción en el Deporte, difundido el jueves en Viena.
Según el documento, aunque la corrupción en el deporte no es un fenómeno nuevo, la globalización y la tecnología han revolucionado la forma en la que se siguen las competiciones y se realizan apuestas, abriendo nuevas posibilidades al crimen organizado.