La Finalissima 2022, la resurrección de la Copa Artemio Franchi y continuación de la extinta Copa Confederaciones, enfrentará este miércoles a una Italia ávida de tapar su desastre mundialista y a una Argentina con cuentas pendientes con el fútbol europeo, con el telón de fondo del homenaje a Diego Armando Maradona.
El partido, que se disputará en Wembley, a modo de sede neutral, llega en medio de un cruce de declaraciones entre jugadores europeos, el más importante Kylian Mbappé, poniendo en duda el nivel de los sudamericanos.
Argentina, liderada por Leo Messi y preparada durante la última semana en Bilbao, tendrá en su mano acallar las críticas ante el campeón de Europa, que llega a esta cita con la vergüenza de no poder pasear por Catar su título de la Eurocopa, conquistado, precisamente, en el mismo estadio en el que se jugará este partido.
Italia se agarra a la mística de la Euro ganada ante Inglaterra en los penaltis hace menos de un año, contra una Argentina en mejor humor, y con una racha de 31 partidos invicto, en los que, eso sí, apenas se ha medido con conjuntos europeos.
El equipo de Leo Scaloni pretende revitalizar a Messi, hombre clave en la conquista de la Copa América, pero que no ha tenido una gran temporada en el aspecto goleador en el Paris Saint Germain. El rosarino es el gran reclamo de un partido que no contará con Leandro Paredes, lesionado muscularmente.
Messi estará acompañado por Ángel Di María, en trámite de cambiar de equipo, por Lautaro Martínez, y por Gio Lo Celso, en una alineación ofensiva para derribar la barrera italiana, que llega con bajas importantes a este encuentro.
Roberto Mancini no podrá contar ni con Federico Chiesa, que hizo un gran papel en la Euro, Ciro Immobile, titular también en la cita europea, y Marco Verratti.
En este contexto, Mancini se toma el encuentro como un 'fin de ciclo', porque habrá jugadores que no vuelvan a la selección tras el partido de este miércoles. El más importante de ellos será Giorgio Chiellini, el capitán desde la partida de Gianluigi Buffon, que pasará el brazalete a Leonardo Bonucci. Otro de los que podría dejar a los 'azurri' sería Lorenzo Insigne, aunque el ya exatacante del Nápoles ha insistido en que quiere seguir jugando con la selección. 'Seguiré disponible si Roberto así lo quiere', apuntó el jugador del Toronto.
'No es que vayan a salir 15 o 20 jugadores después de este partido, pero sí que entrarán poco a poco jóvenes. En la Nations League utilizaremos a varios de ellos', añadió Mancini.
Será la tercera vez que el campeón de Europa y el de Sudamérica se enfrenten de forma directa en una competición organizada por la Uefa. La primera vez, bajo la denominación de Copa Artemio Franchi, fue en 1985, con Francia derrotando a Uruguay en el Parque de los Príncipes; la segunda, ocho años después, proclamó campeona a Argentina frente a Dinamarca en Mar de Plata. Las entradas para la final llevan agotadas más de un semana.
El encuentro también servirá de homenaje a la figura de Diego Armando Maradona, fallecido en noviembre de 2020, por la fuerte relación entre el astro argentino con Italia, donde puso en la élite al Nápoles, y con su país, con el que conquistó la Copa del Mundo de 1986.
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