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Trece años tuvo que aguantar el jeque para ver su proyecto triunfar. Después de una larga espera, el Manchester City, con Pep Guardiola al mando, disputará su primera final de la Champions League el próximo 29 de mayo después de confirmar ante el París Saint Germain (2-0) que su momento, por fin, ha llegado.

Desde que en 2008 el conjunto inglés fuera absorbido por un grupo de Arabia Saudí, la obsesión era la 'Orejona'. Conquistadas la Premier League y las copas inglesas, el reto era crear la gloria europea para un equipo que solo contaba con una Recopa en sus vitrinas.

Y el paso definitivo a esa gloria se confirmó este martes, en un campo nevado, cubierto por la escarcha de la granizada que cayó en Mánchester y que vestía el césped del Etihad Stadium. En un escenario de otra época (y de otra estación), el orden mundial del fútbol también cambiaba, con dos equipos construidos a base de talonario.

Como en cada dentellada de Guardiola a la Copa de Europa en los últimos diez años, iba a haber sustos. El colegiado pitó un penalti inexistente por mano de Oleksandr Zinchenko nada más empezar, pero el VAR lo revisó para alivio de un Guardiola, que a los 10 minutos iba a estar celebrando el primero de su equipo.

Un tanto con su sello, porque nació de un pelotazo con intención de Ederson. Zinchenko cogió adelantada a toda la defensa, llegó hasta el área y puso un pase atrás que remató De Bruyne. Rechazó la defensa y el rebote se le quedó a Mahrez que coló la pelota entre las piernas de Keylor.

Un puñal para un PSG que tenía que ver a una de sus dos estrella abatida en el banquillo, lesionada. Kylian Mbappé no pudo sumar. Y Marquinhos, el goleador de la ida, se topó con el larguero. Y Di María erró el regalo del City en un disparo franco sin portero. Y Neymar estaba desaparecido.

Pero sí estaba en el City Rubén Dias, para interponerse en los disparos de Ander Herrera, y Zinchenko, felicitado cuando cortaba un remate peligroso. El City es por fin la máquina perfecta que domina ambos lados de la cancha, que se defiende presionando en el área pequeña del rival y que mata a la contra.

De un córner a favor del PSG, llegó el segundo de los ingleses. Balón filtrado por De Bruyne, pase de la muerte de Foden y remate a placer de Mahrez.

Los de Pochettino terminaron de explosionar cuando Di María perdió la cabeza y se autoexpulsó con una patada a Fernandinho.

El PSG da un paso atrás, después de alcanzar el subcampeonato el año pasado, el City logra lo que llevaba tantos años buscando. Será la tercera final de Guardiola, la primera en diez años. La vuelta del City a una final continental en 51 años, la primera en la Copa de Europa. El jeque ya sonríe.