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El 18 octubre del año pasado, fecha en que se presentó oficialmente la Liga Colombiana de Béisbol Profesional 2019-2020, seguramente ningún dirigente, pelotero o aficionado de la pelota criolla pensó que a mediados de enero del año en curso Caimanes de Barranquilla, el hasta ese momento vigente campeón, y Toros de Sincelejo, otra de las novenas favoritas a quedarse con la corona, estarían fuera de la gran final del campeonato.

Era poco probable que no se repitiera en la final un nuevo capítulo entre reptiles y astados, pero resultaba mucho menos imaginable que Gigantes y Vaqueros de Montería –novena que tenía un historial en la década de los 90- disputarían el título del campeonato nacional. Al final resulta cliché repetir la frase pero la realidad es que, una vez más, quedó demostrado que en el béisbol, al igual que en la mayoría de asuntos en la vida, no hay nada escrito. Todo se define en el out 27 y, por encima de todas las consideraciones, hay que esperar  el normal desarrollo de las cosas.

La novena monteriana, que clasificó a los playoffs en el cuarto lugar del standing, gritó campeón en el estadio 18 de Junio tras vencer a Gigantes -que eliminaron a Caimanes- y se quedó con el tiquete a la Serie del Caribe, escribiendo la última página de un torneo que revivió en la costa caribe el amor por el deporte de las manillas y bates.

'Yo le decía a los muchachos cuando perdíamos que no perdieran la fe. Que  íbamos a entrar a los playoffs y se nos empezarían a dar las cosas y al final todo nos terminó saliendo como queríamos. Conformamos un buen equipo, nos ayudamos entre todo para lograr el objetivo', manifestó Ozney Guillén, mánager de Vaqueros.

'Sin la confianza de los fanáticos nosotros no hubiéramos llegado a la final. Fue demasiado bueno ver a los nuestros durante todos los juegos', agregó.

El título de Vaqueros no fue un logro menor. La novena monteriana se coronó en una liga llena de sorpresas donde Toros, que lideró casi toda la temporada y nunca perdió dos juegos en línea, y Caimanes, la novena llamada a consagrarse campeón una vez más, se llevaban todos los reflectores.

'Caimanes y Toros por todo lo que venían haciendo eran los grandes favoritos, pero así es el béisbol. Esto es algo hermoso. En el último momento todo se definió y eso nos enseña mucho para el otro año. Sin duda fue de los mejores años. Da orgullo ser parte de esto', manifestó por su parte José Mosquera, quien piloteó a los Toros de Sincelejo.

'Fue un año increíble aunque en lo personal no conseguí lo que quería. Yo quería darle una estrella a Sincelejo, pero no se pudo. Pero vimos como creció nuestra pelota, en los estadios se vio algo lindo y nos motivaba mucho. Ese es el camino que tenemos que seguir', agregó.