El ciclomontañismo podría definirse como una rama del ciclismo que se practica sobre zonas determinadas de un terreno de montaña, trochas y senderos rurales, pero para sus practicantes el ciclomontañismo representa mucho más que eso.
'Para mí, esto es todo. Es algo que me hace sentir vivo, que cada día me exige un reto mayor, ya sea físico, de ubicación o incluso en ciertas situaciones te mide como ser humano. El ciclismo de montaña es lo mejor que me pudo pasar', asegura Lina Orozco, practicante del grupo ‘BikeBrothers’ de Barranquilla.
El ciclomontañismo tiene como característica principal la concentración que requiere el ciclista durante el recorrido por las exigencias que se pueden presentar, ya sea daño mecánico o en alguna llanta por las mismas condiciones del terreno. La pérdida de la ubicación, incluso la interposición de un animal peligroso, aparecen en la paleta de posibilidades que se pueden dar durante un entrenamiento habitual, por lo que se recomienda la práctica colectiva para facilitar la ayuda entre sus miembros.
'Hay muchos terrenos que exigen técnicas en el manejo de la bicicleta, donde entra en juego el dominio y equilibrio del cuerpo. Lo que llama la atención del ciclomontañismo es la idea de llegar a terrenos nuevos cada vez. A esos que requieren bajarte de la bicicleta y llevarla al hombro, a veces toca sólo la bicicleta y tú, se presentan crisis y siempre hay alguien que te ayuda a desvararte y salir adelante', relata Rubén Delgado, ciclomontañista de BikeBrothers.
Y es que esta es una disciplina que ha venido en crecimiento en Barranquilla. Cada día es más común ver durante los fines de semana, en las tardes o en la madrugadas, grupos de ciclistas que se encaminan hacia los senderos rurales de las afueras de la ciudad.
Actualmente existe un aproximado de 15 clubes en Barranquilla, entre los que se destacan, BikeBrothers, Pelicanos, Brisa y Mar, PedalBike y Los Riders, que recorren los corregimientos y municipios del Departamento.
Para el desarrollo de este deporte es necesario tener una indumentaria básica, como una licra cómoda y una buena ‘maglia’ o camiseta de material suave, con bolsillos delanteros y traseros, que permitan el traslado de los accesorios y herramientas.
Por lo riguroso que puede llegar a ser el desarrollo de esta actividad, muchos de los que se están iniciando en ella prefieren hacerlo en pistas de ciclomontañismo, como Pelicano, ubicada en la vía Puerto Colombia y que cuenta con recorridos parecidos a los encontrados en la travesía real.
Entre los sitios preferidos por los ciclistas de montaña del Atlántico se encuentran las rutas de Cerro la Vieja, en el municipio de Santa Verónica, de 51,76 kilómetros; Ostión cerca de Pradomar, de 46,55 kilómetros; Ruta Imposible en Usiacurí, de 7,8 kilómetros y el Morro en Tubará, de 30 kilómetros de recorrido.
'Parte de lo que ganamos con todo este esfuerzo es el contacto que tenemos con la naturaleza. Los paisajes se convierten en un premio para nosotros. Los recorridos nos suman bastante experiencia y nos aportan como deportistas', comenta Lina Orozco.

En la región Caribe se realizan diversas 'travesías', como llaman a los recorridos, en los departamentos de Sucre, Magdalena, Bolívar, entre otros, en los que aprovechan ciertas condiciones de su relieve, clima o historia para hacerlas más atractivas a los participantes.
Responsabilidad Social. Un aspecto que le suma a la práctica del ciclomontañismo, especialmente en Colombia que es un país con historias de violencia en sus terrenos rurales, es la vuelta al campo. El ciclomontañismo también es usado como una forma de reconciliación con la sociedad en esos lugares con historias negativas.
Ejemplo de ello es ‘La Conquista a Macayepo’, recorrido ciclístico que se realizó el pasado 24 de enero en Bolívar, con una trayectoria de 76 kilómetros desde el Carmen de Bolívar hasta las diferentes veredas de los Montes de María, cuya historia se ha visto salpicada por los grupos armados ilegales, o ‘Tierra Grata, zona de misterios’ que es una travesía de ciclismo de montaña que se desarrolló el 12 de junio a 580 metros sobre el nivel del mar y que atravesó 45 kilómetros de zona rural en los Montes de María.
'Lo que queremos nosotros con la inclusión de estas rutas, como la de Macayepo, que tiene una historia muy triste porque ahí ocurrió una masacre, es llamar la atención de cierta forma de esos lugares que han sido afectados por la violencia. El deporte es el medio, que sepan que son seguros y que a pesar de lo que vivieron, eso ya hace parte del pasado', explica Rubén Delgado.