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Nadie más en Barranquilla tiene tres anillos de Serie Mundial entre sus dedos. Ni siquiera el gran Édgar Rentería, el mejor pelotero de la historia de Colombia. Daniel Mavárez, scout de los Gigantes de San Francisco en el país, se ha gozado los tres títulos de su escuadra en los últimos cinco años (2010, 2012 y 2014).

¿Cómo así si él no juega?

Aunque Mavárez no lanzó una bola, no capturó un ‘fly’, no bateó un hit y nunca entró a la cancha a lo largo de la temporada, es considerado parte de la organización y cada vez que su equipo llega a esta instancia, lo invitan a él y a todos los veedores de Latinoamérica y el mundo a ver los juegos de local en el Clásico de Otoño.

Los dos anillos de serie Mundial que tiene Mavárez.

'Es una experiencia maravillosa, vamos con todos los gastos pagos', dice Mavárez, con un lógico sentido de pertenencia.

Los Gigantes (y cualquier equipo de las Mayores que llegue a la final) reúne a sus scouts en un hotel cercano al estadio, los ubican en una tribuna especial durante los partidos, les organizan fiestas, les regalan souvenirs y les entregan los tradicionales anillos de campeones con su nombre tallado. Además le gestionaron y aceleraron la visa americana a su esposa, Ivonne Castillo.

Otros recuerdos que le han regalado los Gigantes.

Ya lo había vivido dos veces, en el 2010 cuando Rentería jugaba en los Gigantes y logró su segundo trofeo de campeón y el reconocimiento como Jugador Más Valioso (MVP) de la serie (ya había ganado con los Marlins en 1997). También en el 2012 cuando Pablo ‘Panda’ Sandoval comenzó a consagrarse como pelotero.

Sin embargo, la emoción volvió a ser enorme e inolvidable en la tercera oportunidad.

'Esta vez nos permitieron llevar a nuestras esposas, también por cuenta del equipo. Y la Serie Mundial fue apasionante y muy cerrada, Reales de Kansas City fue un rival muy duro y dio pelea hasta el final', comenta.

Mavárez nació en Maracaibo hace 56 años, pero desde que pisó suelo currambero, el 24 de agosto de 1988, se amañó y no ha regresado más a su país de origen.

'Ahora soy barranquillero de adopción y en Barranquilla me quedo', dice.

Mavárez y su esposa con el trofeo de la Liga Nacional.

A la ciudad lo trajo Farid Char como instructor de pitcheo de la Liga de Béisbol del Atlántico, jugó por varios años en el Willard (equipo de antigua etapa de la pelota profesional) y luego fue instructor de pitcheo de los Caimanes hasta la pasada temporada.

'No voy más, hubo renovación', dice Mavárez.

Hace nueve años asumió el cargo como cazatalentos de la novena franciscana por recomendación del venezolano Ciro Villalobos y hasta ahora ha firmado un total de nueve prospectos que están avanzando, mientras uno de ellos triunfa, él sigue convirtiéndose en el ‘señor de los anillos’.