Compartir:

Lo que sí sabemos es porque trascendió al público que Centeno —welter cubano que en Colombia no perdió un solo combate, barriendo con criollos y foráneos— pesó 152 libras en tanto que el ‘Caimán del Sinú’ pesó 210 libras... Casi 60 libras de diferencia.

Los preguntones del boxeo que tenemos por estos lares quieren saber de parte de este columnista que, según ellos, se las da de 'gran historiador pugilístico' de este país, puestos en su lugar con las excusas presentadas porque ni ellos ni nadie puede decir que presumimos de algo en materia de conocimientos deportivos (y no deportivos, esto es, que para presumidos estamos mandados a recoger, para usar una expresión un poco cogida al azar) procedimos a señalar cuál es el combate más duro librado en Barranquilla por un boxeador.

Más duro, para terminar perdiéndolo, como no se podía esperar de dos protagonistas separados entre sí por casi 50 libras de diferencia. Fue cuando el señor dueño del almacén de calzado La Francesita, de nacionalidad venezolana y cuyo nombre se nos ha fugado de la memoria, se estrenó como promotor de boxeo con una de las peleas más desiguales en materia de peso, entre el cubano Serafín Centeno y el colombiano Jerónimo Triviño, conocido como el Caimán del Sinú.

No podemos dar lo que algunos llaman ‘detalles de escritorio’, porque en 1937 éramos apenas unos adolescentes y no teníamos acceso a deliberaciones entre la gente del boxeo. Y, además, porque el periodismo deportivo de aquellas calendas, no era verdad que daba muchos datos y puntos de controversia. Lo que sí sabemos es porque trascendió al público que Centeno —welter cubano que en Colombia no perdió un solo combate, barriendo con criollos y foráneos— pesó 152 libras (Centeno hacía las dos divisiones, welter y mediano) en tanto que ‘la belleza’ del Caimán del Sinú pesó 210 libras... Casi 60 libras de diferencia...!

¡Y comenzó en el Teatro Colombia aquella desigual pelea! Este que les narra esto entraba gratis al boxeo por ser hermano de Chelo De Castro Tavera, promotor de boxeo y béisbol que acababa de fallecer semanas atrás en Barranquilla. Centeno comenzó, como es natural, haciendo una pelea de velocidad y aprovechando que técnicamente su contendor no le daba ni por las corvas. Lo mismo que hizo Ray Robinson cuando se enfrentó a Joey Maxim, mucho más pesado que él. Y como le pasó a Robinson, a Centeno le llegó un agotamiento tremendo, entre 8o. y 10o. por lo que estuvo a punto de ser noqueado. No podía ni levantar los brazos para cubrirse.

Al terminar la pelea, ganada heroicamente por Centeno por puntos, se dijo (no nos pudo constar) pero se dijo por gente seria, que Centeno había arrojado sangre en el camerino. La verdad, aquello fue un crimen deportivo. Centeno viajó pocas semanas después a Panamá y allá falleció, luego de otro duro combate. Como la Comisión de Boxeo permitió aquel desafuero, tampoco podemos dar detalles. No estábamos en condiciones de darlos...

Por Chelo de Castro C.