Ya sea porque no lo creen o no lo quieren creer o por lo que sea, pero lo cierto de todo lo que vamos a considerar en este artículo, pero la opinión deportiva internacional se ha quedado extrañamente impávida ante dos anuncios sensacionales ocurridos en cuba.
El primero, la decisión ya oficial de arrear en gran parte las banderas del socialismo stalinista que Fidel Castro introdujo, aplicó y ha mantenido por más de 50 años, aceptando sus grandes paniaguados que no tienen otro camino que introducir dentro de la mojiganga socializadora el sistema capitalista o se iban al derrumbe total, dicho esto último por el propio jefe del gobierno, Raúl Castro.
De la mano de lo anterior tal parece – lo que nos parece a todos los deportistas sin el menor asomo de una coyunda comunistoide - que el deporte cubano entrará dentro de poco tiempo a 'particularizarse'; especialmente, la prenda mas querida de los cubanos, como es el béisbol. Un béisbol cubano que ha venido oradándose lenta y paulatinamente, porque pelotero cubano que se destaca es candidato a tomar las de Villadiego y aterrizar en EE.UU., en pos de las 'lechugas verdes', como tantísimas veces hemos comentado en estas columnas.
Ya el hijo de Fidel Castro-un joven médico que viene acompañando a los equipos cubanos a cuanto torneo internacional él acude, llamado Antonio Castro ha tenido el valor civil de contrariar a su padre y a su tío, proponiendo que el béisbol cubano vuelva a sus antiguas raíces particulares, constituido en el mas grato espectáculo público que por mas de 75 años reinó en los estadios cubanos. Por algo se tiene que empezar: el hijo de Castro propone inicialmente que los peloteros de su país puedan participar en equipos de Taipel, Japón, Korea del Sur, México, Venezuela, Nicaragua e Italia, quedándose en materia de sueldos esos peloteros con el 60 % de los mismos, y el 40% restante para el gobierno cubano.
En la información no se menciona a Colombia, pero sí a Nicaragua, cuyo béisbol profesional no le da ni por las corvas al nuestro, pero eso puede formar parte de un desconocimiento de la situación. Tampoco se menciona al béisbol de las Grandes Ligas. El mismo que en uno de sus delirios con Fidel Castro y Pujol llegó a creer que era inferior al béisbol cubano. La olla de grillos se le calmó cuando se entrevistó con un 'coach' cubano pero de las Grandes Ligas que le dio un vistazo de cómo operan esos circuitos.
Para que tenga una idea de los alcances que tiene la situación creada por los propios peloteros cubanos, ya rebasa el número de 350 los que han desertado a EE.UU. en los últimos años. Ya el despojo llega a las capas adolescentes con el caso estremecedor del jardinero central de 17 años y calificado de fenómeno, llamado Yasiel Balaguer, quien arrancó para un tercer país y luego poder llegar a las Grandes Ligas, según dijo que eran sus aspiraciones.
He aquí un breve vistazo de lo que pueda acontecer dentro de poco...
Por Chelo de Castro C.