
Bibliotecas públicas: sin préstamo de libros, pero con programación virtual
Desde casa, estas tres instituciones en Barranquilla continúan con sus eventos pese la cuarentena. Toman medidas para una posible reapertura en junio.
Desde el 16 de marzo de 2020, las bibliotecas públicas de Barranquilla están cerradas. Casi toda su actividad cultural (charlas, lecturas, conferencias y exposiciones artísticas) se trasladó a las plataformas virtuales. Su sistema de préstamo de libros, por el peligro de contagio que representa el contacto con objetos, sí está suspendido por completo. EL HERALDO consultó con tres de estos recintos de la ciudad para hablar sobre su situación durante la emergencia sanitaria y las medidas de bioseguridad que están tomando ante una eventual reapertura.
Biblioteca Piloto del Caribe
Ubicada en el antiguo edificio de La Aduana en la vía 40, esta biblioteca lleva 26 años prestando sus servicios y ofreciendo una programación cultural para todo público. Cuenta con 40.000 unidades bibliográficas materializadas en libros, revistas y documentos de temas diversos.
De acuerdo con su director, Miguel Iriarte: “Las consultas sobre información bibliográfica y cultural, hasta donde los sistemas de acceso lo permiten, han sido atendidas por vía telefónica e internet, sin que lleguen a ser una solución sistemática. Lo que sí se ha dado con un ritmo intenso y buenos resultados es la agenda cultural”.
Dicha agenda incluye un cineclub semanal, conciertos, charlas y talleres para niños, jóvenes y adultos; un programa radial llamado ‘Radiografías de la palabra’; un encuentro con artistas y escritores titulado ‘Voces letras de la cuarentena’ y exposiciones en la galería virtual de la Aduana.
La Biblioteca suma 10 empleados en su nómina –incluyendo el director–, de los cuales cuatro trabajan desde casa y otros permanecen en funciones esporádicas. Por el momento preparan la reglamentación para una futura apertura ajustando las exigencias sanitarias del gobierno con su espacio y actividades.
La semana pasada habilitaron desde sus páginas web un sistema de donaciones para el mantenimiento y la preservación de su edificio, La Aduana. Debido a los recursos que ya no reciben por el alquiler del auditorio y la plazoleta para seminarios, presentaciones comerciales y otros eventos, piden ayuda para salvar este inmueble patrimonial de más de 100 años. Habrá concierto virtual de agradecimiento.
Biblioteca Departamental Meira del Mar
En sus estantes guardan alrededor de 51.611 libros y cuenta con la colección de la legendaria revista Voces, pero su “gran tesoro” es el material que perteneció a la poeta Meira Delmar. También cuentan con las colecciones de Ramón Vinyes, Néstor Madrid Malo, Ramón Illán Baca, Diego Marín Contreras y Alfredo Correa De Andreis y la colección de libros de cocina donada por el chef Alex Quessep.
A través de la Secretaria de Cultura y Patrimonio, esta biblioteca (que en abril de 2021 cumple un siglo de vida jurídica) realiza actividades culturales y de promoción de lectura, así como jornadas de capacitación para que sus trabajadores cumplan con las medidas de bioseguridad ante una posible reapertura en junio, dependiendo de lo que estipulen el gobierno nacional y local.
Según informe de la Secretaria, “uno de los mayores retos de la biblioteca está en la atención del público infantil y adultos mayores, por lo cual seguiremos los lineamientos dados por el Ministerio de Cultura, la Red Nacional de Bibliotecas Públicas y el Ministerio de Salud para la atención de usuarios”.
Ubicada en la calle 38 #38B-21 del centro de la ciudad, en la Meira del Mar trabajan 13 personas, que desde casa continúan con sus labores. En su segundo piso está el Museo sobre la vida y obra de la poeta barranquillera que le da nombre. Contiene objetos, manuscritos e información sobre quien en vida fue directora del recinto.
Biblioteca Confamiliar Atlántico
En mayo cumple 40 años de servicio, 35 de los cuales ha operado en su sede de la carrera 54 #59-167, enfrente del Parque de los Fundadores. Cuentan con 42.289 ejemplares en sus estantes y 269 en digital.
Actualmente puso en marcha un micrositio donde los usuarios tendrán acceso a una biblioteca digital, con ayuda de un proveedor de literatura infantil con el que ya trabajan mientras gestionan proveedores de revistas, literatura general y textos académicos para incorporar a su plataforma online.
De acuerdo con Karen Budez, directora del Centro Cultura Comfamiliar al que pertenece la Biblioteca, la cuarentena es “una oportunidad para rediseñar nuestros programas y nuestra plataforma cultural con los medios electrónicos”
Como no existe todavía autorización del gobierno para volver a abrir, adelantan un borrador con base en el protocolo de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas para el día que autoricen la apertura de los servicios.
Entre las medidas que tomarán al abrir está el higiene de los libros, distanciamiento entre usuarios y bibliotecarios, señalizaciones, lavado de manos, un termómetro para medir temperatura en el ingreso, además de un aforo que será restringido como en cualquier establecimiento público.
En la actualidad, a través de Instagram y otras redes sociales programan clubes de lecturas, conversaciones y conciertos. Sus trabajadores están en casa, donde participan u organizan actividades.
“La Biblioteca tiene que seguir adelante. Ha cambiado la forma de llegar a la gente, pero el servicio sigue”, añade Budez.

Un bibliotecario en casa
El pasado 21 de mayo Walter Bohórquez, bibliotecario de la Biblioteca Piloto del Caribe desde sus inicios en 1994, habló durante un Live de Facebook sobre ‘Los libros raros y curiosos’ del catálogo de la BPC.
“Tenemos un libro publicado en 1821, el próximo año cumple dos siglos y es para nosotros un tesoro. Se trata de una traducción al francés del tomo V de las obras de Shakespeare”, dice emocionado al recordar la charla que tuvo desde casa.
Bohórquez participa de las actividades, pero otro equipo organiza la agenda cultural. “Estamos a la espera, parece que a partir de junio podemos abrir poco a poco”. Dice que en los eventos presenciales asistían alrededor de 30 o 40 personas por encuentros; en los virtuales han tenido más de 100.
Antes de empezar la cuarentena, se llevó a su casa un par de libros que ya leyó. Cree que con el regreso, el servicio de préstamo externo será bastante apreciado por el público. “En varias bibliotecas que están abriendo, como en España, el préstamo externo de libros es muy concurrido. Y es relativamente fácil de manejar, en el sentido de que la persona va, presta dos o tres libros y sale. Los devuelve a los 15 días”.
Una vez retornados, dejan los ejemplares en aislamiento durante varios días.
En su charla, Bohórquez también habló sobre el libro más pequeño de la biblioteca: dos centímetros de alto, “menos de una pulgada”. Es una “curiosidad editorial” de la Comisión Europea, legible en su letra pequeña. Recordó que “en muchas dictaduras, los libros miniatura sirvieron para evadir la censura”.
Por el momento la biblioteca en que trabaja está cerrada. Los estantes de libros, cubiertos con plástico. De vez en cuando el servicio de mantenimiento va por turnos. “El edificio necesita mucho mantenimiento, tanto la planta física como los jardines”, añade el bibliotecario.