10 casos en los que la cultura sobrevivió en la virtualidad
En el 2020 las industrias culturales y del entretenimiento encontraron en la red la forma de mantener vivas sus tradiciones y tener ingresos.
Si hay algo que aprendieron este año las industrias culturales y del entretenimiento en general es la inmensa ventana de oportunidades que se abrió con la virtualidad. Buscando siempre preservar las tradiciones culturales desde los territorios, por ejemplo los festivales gastronómicos en el Atlántico, con sus cocineras y cocineros como protagonistas, llegaron a las casas de los barranquilleros a domicilio a través de la iniciativa de la Gobernación, Sazón Atlántico.
Así, los pasteles de Pital de Megua o las arepas de huevo de Luruaco, por citar solo dos, no solo se siguieron preparando, sino que reactivaron las economías de sus creadores.
Lo mismo pasó con eventos culturales tan icónicos como el Festival de la Leyenda Vallenata, Barranquijazz o el más reciente del Hombre Caimán en Plato, Magdalena, entre muchos otros. Lo impensable pasó, con las redes sociales como puente, las personas los disfrutaron desde casa y la tradición siguió viva. El Carnaval de Barranquilla 2021 no será la excepción y tendrá la virtualidad como su mejor aliada mientras la pandemia continúe.
Así, con la Internet a su servicio, los músicos y sus conciertos, la moda, el cine, el teatro, las ferias del libro, los recitales de poesía, los eventos religiosos, los duelos de acordeoneros, la danza y casi todo lo que encierra la cultura y el entretenimiento entendió, quizás a los tropezones, que las tradiciones también se deben reacomodar por el bien de su subsistencia y de los seres humanos que en este 2020, encerrados, aprendieron a valorarlas como nunca antes.
Como en las grandes festividades culturales del país, la Costa no fue ajena a vivirlos y no dejarlos caer desde la virtualidad. Eventos como el Festival de la Leyenda Vallenata eligieron a sus reyes en formatos inéditos en en los que los concursantes en vez de aplausos recibieron likes del público que los veía en streaming. Otros eventos como Barranquijazz también se valieron de las redes para no perder su continuidad. Así, personas desde diferentes partes del mundo refrescaron el aislamiento con buena música.
Sazón Atlántico fue el proyecto con el que la Gobernación del Atlántico y su Secretaría de Cultura reactivaron las economías de cocineras y cocineros del departamento. Durante las seis paradas de Sazón se registraron $300 millones en ventas, con la distribución de 270 mil productos.
Pero no solo eso, también se mantuvo viva la tradición culinaria, esos sabores y aromas que no se pueden perder como el de la arepa de huevo de Luruaco, el pastel de Pital de Megua, la butifarra soledeña, entre otros, que por domicilio llegaron a las casas.
No era un formato nuevo, pero el encierro impuesto por la pandemia llevó en 2020 los conciertos en streaming a otro nivel de conexiones caseras y gratuitas a producciones colosales e inéditas que demostraron que también podían monetizarse con resultados exitosos. La lista de artistas que se han sumado a este formato se amplía a diario: Justin Bieber, Alejandro Sanz, Silvestre Dangond, Juanes, entre otros cantautores entendieron que el show debía continuar.
Las pantallas gigantes estuvieron apagadas la mayoría del año. El 26 de noviembre las salas de cine se volvieron a habilitar en ciudades como Barranquilla, acogiendo así nuevamente a los amantes del séptimo arte, quienes desde el 25 de marzo cuando el presidente Iván Duque ordenó el confinamiento preventivo obligatorio convirtieron sus hogares en salas de cine. Allí las grandes plataformas de streaming como Netflix, Amazon y Disney se convirtieron en sus aliadas.
El paso lento en la restauración del Teatro Amira de la Rosa, que la pandemia atrasó mucho más, finalmente comenzó su proceso de socialización del Plan Especial de Manejo y Protección (PEMP). A través del Facebook del Banco de la República se hicieron las tres socializaciones con representantes del banco, actores y gestores de la cultura de Barranquilla, estudiantes y comunidad en general con el acompañamiento de la Secretaría de Cultura, Patrimonio y Turismo de la Alcaldía.
Las grandes pasarelas del mundo también tuvieron una transformación significativa que permitió que los grandes eventos se transmitieran por el mundo. De esta manera, surgió el Fashion Films, un formato cinematográfico que permitió presentar las colecciones de los diseñadores. Desde Colombiamoda, el Barranquilla Fashion Week, hasta la Semana de la Moda de París, Nueva York y Milán.
Las grandes marcas como Louis Vuitton, Chanel, Gucci o Dior, que se habían valido de este formato con comerciales en televisión, se dieron cuenta de que con los fashion films podían lanzar vía web sus nuevas colecciones y reactivarse económicamente.
Todo este tiempo también resultó vital para que la naturaleza y el medioambiente tuvieran un descanso. Desde imágenes de delfines paseándose por las playas de Cartagena y Santa Marta, hasta algunas chimeneas industriales que permanecieron apagadas durante días son muestra del respiro que tuvo nuestro planeta. Las personas aprendieron a contemplar aún más los amaneceres o las puestas del sol y a buscar espacios en los que el verde de la naturaleza fuera protagonista.
Los libros se convirtieron en aliados de muchos durante el confinamiento. Según la Cámara Colombiana del Libro, un colombiano leyó 2,7 libros al año, cifra rescatable teniendo en cuenta que hace dos décadas la cifra apenas llegaba al 0,3%. Ahora, como lo mostró la encuesta de consumo cultural del DANE, en los últimos 12 meses los colombianos consumieron 3,8 libros.
Sobre ferias del libro como Libraq o la Filbo, la encuesta arrojó que un 3.3% de los colombianos se conectaron a sus eventos virtuales.
Si algo quedó comprobado en este tiempo es que se puede sobrevivir solamente con lo necesario en lo que se refiere a prendas de vestir. Esto lo comprendió una buena parte de la industria de la moda que se replanteó el número de colecciones para presentar en un año, así como el uso de materiales menos contaminantes. De hecho en esta temporada pareciera que el concepto de moda sostenible llegó para quedarse, al menos en las redes sociales donde fue tendencia.
La cocina nunca fue un plan tan familiar como lo es ahora. Crear platillos que se observan en tutoriales es una actividad que se tornó recurrente. Las circunstancias relacionadas con la pandemia de la Covid-19 han derivado en la escasez de algunos ingredientes necesarios para cocinar determinadas recetas, obligando a desarrollar el ingenio de las familias. Las personas además se interesaron por mejorar su alimentación, por lo que saber cocinar se tornó fundamental.
