
Hoy no es cualquier día para Venezuela. Se respira fútbol y 'Vinotinto' en el ambiente. Por primera vez en la historia de la Copa América, la oncena nacional se juega el pase a la final del torneo de selecciones más antiguo del balompié.
Desde el triunfo en cuartos de final ante Chile, los caraqueños no dejan de hablar del conjunto que defiende nuestro tricolor, y los planes que tienen para ver el partido contra Paraguay; pero para algunos la preparación va más allá de reunirse a alentar a la 'Vinotinto'.
'Uno siempre tiene que prepararse antes de los juegos. Ese día, sin falta debo ponerme la camisa de la selección dependiendo si seremos locales o visitantes, por eso tengo mi franela de los dos colores, la vinotinto y la blanca. Horas antes del partido cuadro bien con mis amigos dónde nos vamos a ver; y antes de que empiece el juego vemos videos de los triunfos previos de Venezuela y comparto opiniones por Facebook y Twitter', sentenció Roberto Sardinha.
El joven agregó que en las reuniones que hacen para disfrutar del juego sólo beben ron para los nervios, y que nunca puede ver los juegos solo porque eso le traería mala suerte al combinado venezolano. Rubén Bernal es más extremo, y confiesa entre risas, 'no me pongo interior, es una costumbre que tengo cuando juega la selección. Además, me baño sin jabón y no me echo desodorante. Después, le rezo una oración a los santos para que logremos el triunfo'.
Jorge Suárez comienza su preparación la noche anterior al juego. 'Sueño e imagino cómo serán los goles de la selección acostado en la cama. Antes de levantarme, el primer pie que apoyo en el suelo es el derecho, para comenzar bien la jornada y traer suerte. Me pongo la camisa de la ‘Vinotinto’, algunas veces sucia, ya que tengo una sola. Durante el día sólo imagino, pienso y hablo del juego. Compro el diario deportivo para saber la alineación; y por último, siempre nos imagino alzando la copa o asistiendo al Mundial', repitió el caraqueño como quien dice una oración.
Pero no todos consideran que colocarse la camisa de la selección es algo positivo. 'Yo no me la pongo, porque si lo hago empavo al equipo. Los días en que juega la ‘Vinotinto’ no necesito despertador porque las ansias por ver el partido son tan grandes que me levanto solo. No importa el lugar donde lo vea, siempre hincho por mi selección con la misma euforia', declaró Daniel De Sousa. Asimismo, dijo que días antes se reúne con varios amigos para analizar el rival de Venezuela y evaluar las opciones del partido. De Sousa manifestó que si la 'Vinotinto' gana la celebración es por todo lo alto, pero si pierde, simplemente prefiere quedarse solo en casa.
No sólo los hombres sienten entusiasmo por el fútbol. Las mujeres venezolanas también se sienten identificadas con el balompié, y tienen sus cábalas para apoyar al equipo. Paola Colman afirmó que ella decreta la victoria. 'Yo antes del juego sentencio cómo quedará el marcador, para emanar positivismo y buenas energías. Aplaudo tres veces luego del pitazo inicial. Debo ponerme mis pantalones deportivos negros de la suerte, y siempre hago alguna promesa. Esta vez dije que si la ‘Vinotinto’ ganaba la Copa América no iba a criticar más a Farías, pero sólo en voz alta', apuntó.
Por supuesto, hay quienes comparten el fútbol en familia. 'Nosotros siempre hacemos una parrilla en la casa y cada quien tiene su manera de ligar el triunfo. Mi papá sólo lo escucha, dice que si lo ve le puede dar un infarto. Mi tío apoya al equipo contrario porque sostiene que él emite mala suerte. Mis primas que no saben de fútbol sólo gritan. Mis tías toman café en la cocina y siempre esperan que gritemos gol para salir corriendo a ver la televisión, mientras que yo le grito a Cichero y a ‘Maestrico’ cuánto los amo por jugar bien', sentenció Yira García Quiroz.
La pasión 'Vinotinto' trasciende fronteras, el inmigrante Juan Carlos García Tirado expresó que en Tampa, Estados Unidos, pudo presenciar como una pareja, integrada por un argentino y una venezolana escucha música como ritual durante los partidos. 'Cada vez que Venezuela metía gol o ataca al rival, ella le sube el volumen al cd de Oscar de León, y baila salsa mientras celebra o liga que los venezolanos concreten la jugada'.
Sin duda, los venezolanos sueñan con el triunfo ante Paraguay. Están convencidos que sí se puede. En la fase de grupos se logró una gran remontada y se empató; pero todos recordamos cómo en el Premundial de Alemania 2006, Paraguay le ganó a Venezuela, 0-1 en Maracaibo; consiguiendo así su boleto al Mundial y nosotros quedamos eliminados. Luego, para el Mundial Sudáfrica 2010, Paraguay ya clasificado, nos ganó 1-2 en Puerto Ordaz y nos dejaron al borde de la eliminación, ya que sólo nos quedaba enfrentar a Brasil. Sin embargo, Farías afirmó que 'nuestro jugadores no se conforman con esto, sino que quieren alcanzar mucho más'. Hoy, la oncena nacional es la esperanza de 28 millones de venezolanos que quieren tener entre sus recuerdos el momento en el que Venezuela continúe haciendo historia en el fútbol continental.
Por Viviana García
Especial para EL HERALDO









