En los últimos días hemos tenido conocimiento de que el alcalde planea liquidar la autoridad ambiental de la ciudad, entendible si consideramos su pobrísima gestión.

No olvidemos que Barranquilla solo tiene 0,89 metros cuadrados de zonas verdes por habitante; no hay equipos para saber qué tiene el aire que respiramos; las aguas residuales se vierten en su mayoría sin tratamiento; la mitigación y adaptación al cambio climático son una dimensión desconocida; no conocemos y mucho menos usamos racionalmente la biodiversidad urbana, que dicho sea de paso, nos ayuda a equilibrar el duro clima que tenemos. 

Es que desde hace tiempo esa entidad fue apresada por la dejadez y la corrupción; mucho sindicato y poco trabajo.

Con ese triste panorama lo que está claro y nadie discute es que hay que liquidar al Damab, pero, ¿cuál es la mejor opción?.

Si se propone convertir el Damab en Secretaría ello es jurídicamente viable, al tenor de la ley 99 de 1993, sin embargo, esa no parecer ser la mejor opción, pues le restaría autonomía y, sobre todo, capacidad de financiación.

Otra opción es modificar el Establecimiento Público por otro igual. Sin embargo ello sería más de lo mismo, pero con diferente nombre. Si por allí van los tiros, tendría que haber claridad sobre qué cambiaría y cómo.

Hay una tercera alternativa que se ha barajado desde años, y es que asuma el Área Metropolitana, tal como acurre para Medellín, las competencias ambientales. En nuestra opinión ésta sería la mejor opción, por varias razones:

a) Se acabaría con la aplicación de límites político-administrativos a la gestión ambiental. El territorio de la ciudad está dividido por criterios que nada tienen que ver con la protección ambiental;

b) En términos económicos y de financiación, se acabaría con el conflicto por el recaudo de tasas, cobros por servicios ambientales, imposición de multas y otras fuentes;

c) Se podría realizar una verdadera gestión ambiental a escala urbano-territorial, pues como hemos dicho, los impactos ambientales no acaban en el término municipal.

Ahora bien, ¿está el Área Metropolitana preparada para asumir? En nuestra opinión el Área tiene un perfil más planificador que ejecutor y en el caso lo que se necesita es mucha ejecución, sin embargo, bien valdría la pena apoyar y acompañar la opción.

Por último, insistir en que si bien el Damab es destinatario de su propia suerte, otros factores favorecieron la debacle, como la creación del Foro Hídrico. No obstante, así como el Damab, el Foro Hídrico también debe desaparecer, ya que hacer parques y limpiar caños (que igual no lo hizo), por muy loable que sea, no se corresponde con una gestión ambiental moderna, la que demandan los tiempos actuales y reclaman los barranquilleros.

*Carlos Velásquez es Director del Centro de Estudios Urbano Regionales, URBANUM, especialista en Derecho Ambiental.