Poner a competir mujeres debería ser considerado un deporte internacional. Como si no pudiese haber espacio para todas, como si tuviese que ser la una o la otra, como si para triunfar, fuese necesario pisotear. Y aunque en todos los escenarios e industrias sucede esto, pues es notorio que en las altas esferas de una empresa, haya poca representación femenina, en la musical, es todavía más evidente.

Es común encontrar muchos raperos, ‘reggaetoneros’ y artistas masculinos exitosos, que se ayudan mutuamente, que crecen en conjunto, pero cuando se trata de mujeres, pareciera que solo pudiese haber una reina de cada género. Y son las redes sociales y los medios de comunicación, los que constantemente crean estas disputas, que terminan generando que el público sienta que debe escoger ‘un bando’. O es Karol G o es Ivy Queen. O es Cardi B o es Nicki Minaj. O es Britney Spears o es Christina Aguilera. O es JLO o es Shakira.

Y he decidido abordar este tema, pues mañana nuestra Isabel Mebarak hará historia, convirtiéndose en la primera colombiana en hacer el ‘show’ de medio tiempo del ‘Superbowl’. Para aquellos que no lo sepan, este es uno de los espectáculos más vistos a nivel mundial, y representa, para cualquier artista musical, un logro monumental en su carrera. Solo se llega ahí, si eres muy grande.

Sin embargo, como se ha hecho muchas otras veces en anteriores ‘medio tiempos’ del ‘Superbowl’, Shakira no estará sola, y compartirá escenario con Jennifer

Lopez, logrando que esta sea la primera vez que dos artistas latinas (pues JLO es de ascendencia boricua y canta tanto en español como en inglés) vayan a estar haciendo este ‘performance’. Esto es gigante para la comunidad hispana, para nuestra idioma y para marcar nuestra importancia en la industria musical gringa.

Lastimosamente, justo después del anuncio, empezaron las críticas y las comparaciones. Que JLO no debe compartir escenario con Shakira, que Shakira no es lo suficientemente grande para esto (esto es insólito, lo sé), y que para Estados Unidos, Shakira no representa nada (como si una gran parte de ese país no estuviese poblada por inmigrantes o descendientes de inmigrantes latinos). Lo peor de todo, es que esa ‘guerra’, que finalmente le sirve muchísimo a los organizadores y dueños de los derechos televisivos para generar expectativa, ha generado que todos estén pendientes de quién lo hará mejor. Quién se vestirá mejor. Quién bailará mejor. Quién será la Reina de la noche.

Por eso, hoy, a pesar de lo que digan las masas y las tendencias, voy a hacer una promesa: no voy a comparar, no voy a elegir y no voy a caer en el juego de poner a dos mujeres tan absolutamente talentosas, a competir.

Porque en la cima, hay espacio para muchos. Porque puedo aplaudir a ambas. Porque puedo tener una favorita, pero eso no significa que tengo que hacer pequeña a la otra. Porque la verdad sea dicha, ambas merecen estar ahí, y mañana se hará historia latinoamericana.

@marcelagarciacp

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