Los virus son entes biológicos que han moldeado nuestro ADN y han evolucionado a la par con el hombre. Cuando pensamos en virus generalmente pensamos en infecciones o enfermedades que nos afectan y más aún con la reaparición de virus nuevos para nosotros, por ejemplo, Chikungunya y Zika, aunque no tan nuevos para la sociedad, ya que se describieron por primera vez en la literatura científica en 1952 y en 1947, respectivamente.
Más dramático fue el brote de Ébola en África Occidental entre 2014-2015 con aproximadamente 28 mil personas infectadas y más de 11 mil muertes; afortunadamente para nosotros este virus no ha atravesado el océano. Y por supuesto, la penosa pandemia causada por el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), responsable de más de 35 millones de muertes en 35 años.
Sin embargo, gracias a los avances en ingeniería genética y biología molecular, los virus también hacen parte de las nuevas soluciones a enfermedades hereditarias y como mecanismo contra el cáncer.
Hace unas semanas varios periódicos y agencias de noticias recogieron la información sobre el uso de virus para matar específicamente células cancerígenas. Esta investigación llevada a cabo por un grupo español liderado por los científicos Raúl Méndez y Cristina Fillat utiliza un virus modificado genéticamente para eliminar selectivamente células tumorales preservando las células sanas.
La terapia génica se ha venido utilizando desde el siglo XVII en China y en occidente desde cuando Edward Jenner en 1796 inoculó un niño de 13 años con el virus de vaccínea para protegerlo de la viruela. Este tipo de terapia o la vacunación se hace con virus atenuados o inactivos; ahora, la terapia génica en el sentido estricto de modificar o cambiar la información genética de un individuo enfermo e introducirle la información correcta a base de vectores virales, fue solo posible hasta finales del siglo pasado pero con consecuencias devastadoras para los pacientes.
En un ensayo en el 2000 con niños que sufrían Inmunodeficiencia Severa Combinada ligada al X (SCID-X1), niños burbuja, se les inyectó una dosis errónea de un retrovirus y este les causó leucemia debido a la activación de genes que causan proliferación celular.
Las investigaciones se replantearon y no fue sino hasta principios de esta década cuando se aprobó la utilización de virus modificados para tratar una enfermedad genética. En 2012, la Unión Europea aprobó el tratamiento para la Deficiencia de Lipoproteína Lipasa (LPLD) utilizando un vector viral adeno-asociado.
La inmunoterapia, que implica utilizar virus modificados para transformar ex vivo las células de pacientes y luego reimplantar solo aquellas que presentan el cambio genético, es un método revolucionario, seguro y con efectividad y selectividad para tratar diferentes tipos de cáncer. Aunque el estudio de España es solo preliminar, ya se ha utilizado con éxito otros ensayos clínicos en 30 pacientes con leucemia linfoblástica aguda (LLA) con una eficacia del 90%. Estos nuevos avances en terapia génica están revolucionando el tratamiento tanto del cáncer como también de algunas enfermedades genéticas, donde la medicina personalizada se vuelve real.
Por otro lado, de las batallas más antiguas en biología, esto es, la guerra entre bacterias y bacteriófagos. Estos últimos, son los virus que atacan y matan a las bacterias, se desprende una guerra evolutiva de miles de años la cual podría ser útil a nosotros los humanos. El descubrimiento de los fagos por Felix d’Herelle cumplió 100 años en el 2016 y con este aniversario el resurgimiento de la terapia de fagos.
El problema de resistencia bacteriana a los antibióticos se ha vuelto un problema de salud real y se necesitan nuevas alternativas de fármacos. Los bacteriófagos son el ente biológico más abundante en el planeta tierra; se calcula que hay 10 bacteriófagos solamente en el mar. Estos virus son altamente específicos para seleccionar y matar a su bacteria, lo contrario de los antibióticos comunes que no discriminan.
Definitivamente, estamos entrando en la era del virus, pero no para dañar a la humanidad sino para nuestro beneficio.
*Biólogo, doctor en biología molecular, investigador de la Universidad Simón Bolívar.