Con pequeñas o grandes dosis de ingenio los memes se han tomado las redes sociales y la actualidad del mundo, el cual gira ebrio y enloquecido alrededor de ellas. Gústenos o no, estas expresiones gráficas sacan sonrisas, ponen a pensar o producen malestar cuando se trata de críticas venenosas o injuriosas, como suele ocurrir. Por fortuna son más las sonrisas. Y si bien es cierto que son una universalizada tendencia cultural, han logrado inclusive un impacto sin par en lo social y político, divirtiendo a veces, cuestionando otras o mortificando algunas.
Muchos memes pueden ser provocadores, insultantes o realmente ingeniosos. Los deportivos, por ejemplo, son producto de una habilidad incomparable. Junior no ha terminado de ganar cuando saltan a la vista, a través de los WhatsApp, mensajes alegóricos a la engreída victoria o a la aplastante derrota.
¿Sabemos cuán infiltrados estamos por los memes? ¿Influyen en nuestra vida? Eso depende. La madurez del usuario de las redes es determinante para dejarse influenciar por lo que diga o insinúe un meme, que pueden divertir o prender una hoguera de grandes proporciones. Interesante además que por una particular clandestinidad se tornan de uso público y nadie recibe retribuciones económicas por su autoría, lo cual los hace más democráticos y fáciles de difundir y comentar.
El meme es considerado una manifestación de la actividad humana, mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o lo imaginado con recursos propios. También se define como un elemento de una cultura o un sistema de comportamiento que se puede transmitir de un individuo a otro por una imagen, video o frase, comunicado electrónicamente a partir de usuarios de la Internet o de celulares. Es una tendencia causante de un particular revuelo del cual nadie se escapa.
Podría ser visto el meme como la caricatura de las redes por su chispa graciosa o analítica; porque tiene la capacidad de poner a pensar y porque se torna en hilo conductor de ideas o puntos humorísticos. Los hay de género, generacional, políticos, sexuales, deportivos y sociales. En año nuevo o en víspera de carnaval suelen divulgar algunos con apuntes muy graciosos.
Ha servido el meme como un elemento de crítica política o de desfogue sexual entre las diferentes tendencias y se constituye en un elemento más de esta revolución mediática que vivimos a ritmo galopante enmarcada en una novedosa y original fórmula para transmitir información.
Uno reciente que circula en grupos de amigos y amigas es de un evidente coqueteo femenino y muestra la foto de tres galanes vestidos a la usanza de oriente y dice: “queridos Reyes Magos, ustedes vengan y yo acá les explico que quiero…”. Otro, de línea masculina anota: “entonces la mujer tomó el dedo de su hombre mientras estaba en un profundo sueño, lo puso sobre el celular y lo desbloqueó. Apocalipsis Cap. 10, 3.”
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