Mucho me temo que serán los jóvenes quienes terminarán pagando las consecuencias de esta reforma que, en todo caso, se tendrá que modificar en quince años, pues los recursos no serán suficientes.
La rectificación de Petro resulta demasiado tardía, pero quizás sirva para que reflexione sobra muchas otras decisiones que está tomando de manera equivocada en diversos sectores estratégicos para Colombia como el petróleo, el gas, la minería o el sector eléctrico, y sobre los cuales sus consecuencias pueden ser irreparables para el país.
A mi modo de ver, no queda sino el camino de una convocatoria por decreto de emergencia o de conmoción interior a una asamblea constituyente que recoja el “sentir del pueblo”. Una constituyente al estilo de Maduro, cuyo objetivo principal será la permanencia de Petro en el poder.
Todo frases vacías para la galería, las del presidente, pues ha sido el propio Gobierno el que se ‘olvidó’ de incluir en el presupuesto los recursos para agua potable, nada ha hecho en el Urabá y lo poco que destinó para este propósito tampoco lo ejecutó. Tan solo un discreto 48 % en 2023. No creo que haya que inventar confrontaciones entre el agua y las vías de comunicación. Ambas son necesarias.