Precisamente por el momento que vivimos, en el cual es difícil predecir qué pasará en los próximos días, es fundamental que nuestros líderes, los que están al mando del país, dejen de decir bobadas.
Es evidente que todos los colombianos saben que estamos pasando por una situación cuya característica principal es que se desconoce por completo el futuro. La situación es aún más compleja porque esta apertura de sectores productivos puede agravar la situación y volver a lo que nadie quiere, el confinamiento total. Lo que acaba de suceder en Chile, que se suponía había manejado muy bien la pandemia, ha generado mucho temor. Se volvió a encerrar a toda la población y ya ni siquiera puede salir lo mínimo necesario. Ojalá eso no nos vaya a pasar y la economía pueda recuperarse lentamente sin que se agraven los contagios y sobre todo las muertes. Pero la verdad, es que la incertidumbre es total.
Es en este momento donde el liderazgo o se luce o se desprestigia. Ha caído muy mal dejarle a Dios y a los santos la solución de la pandemia por parte del presidente Duque, de la vicepresidenta y de algunos ministros, primero porque este es un país laico y segundo porque deja una sensación de impotencia que es lo que menos quiero oír una sociedad que depende de las decisiones que estos personajes tomen. Pero, además, salir el presidente Duque a hacer alarde del 1% de crecimiento del primer trimestre del año alegando que es mejor al de muchos países desarrollados es realmente un insulto a la inteligencia.
Esa cifra solo toma en cuenta dos semanas de confinamiento cuando Europa está saliendo lentamente de sus peores momentos que todavía no se han medido en Colombia. Espere presidente Duque que salgan las cifras de crecimiento del segundo trimestre para que vea lo mal que le va a ir al país. Definitivamente sus asesores son muy malos economistas, porque lo que los profesionales de este campo están diciendo es que esa cifra es un pésimo pronóstico de lo que se viene en términos del comportamiento de la economía. Esta ha sido una verdadera salida en falso del Presidente Duque.
La verdad es que bueno decirles a quienes tienen el mando que no se dejen deslumbrar por el apoyo que muestran las encuestas. Ya se ha explicado que es claro que en momentos de crisis la gente confía en lo que hagan quienes los dirigen. Pero con estas salidas ingenuas, oportunista o carentes de información, generarán exactamente lo que ningún país necesita y menos Colombia que no ha llegado a lo peor de la pandemia: desconfianza en sus líderes. La recomendación es que midan más que nunca sus palabras porque el país, lo único que no necesita es escuchar bobadas de quienes tienen el mando de la sociedad. Es necesario recordarles que hoy más que nunca la gente está muy informada porque lo que está en juego es su salud, su vida y sus ingresos. Por consiguiente, no se dejen llevar por esos asesores que ya han demostrado su poco olfato en momentos tan complejos.