Vacunas con carácter de urgencia
No más discusiones, solo las vacunas nos llevarán a una forma de vida saludable. Por cada vacuna que coloquemos, estamos salvando no solo una vida, el esfuerzo es multiplicador. Las vacunas nos brindan una gran oportunidad, no solo de tener anticuerpos y creer en la ciencia, sino de demostrar nuestra solidaridad para un mundo mejor.
Por mucho tiempo creímos que las vacunas, son solo productos para detener situaciones que pueden en forma preventiva salvar vidas. Pero, con la presencia de la covid-19, este concepto de prevención ha cambiado, con el avance de la ciencia se ha generado un descubrimiento cada día más asombroso, del cual muchos no se han dado cuenta, como ha sido el conocimiento molecular de esos microorganismos invisibles a nuestras ordinarias capacidades visuales, que ahora podemos reconocer gracias al enriquecimiento de los métodos diagnósticos, y estudio diario de los componentes de estos seres, que en cuestión de horas, pueden destruir y acabar con la existencia de muchas persona.
Profunda tristeza ha causado en todo el mundo, la partida de personas que a diario deja el virus en el camino, ya no solamente de ancianos, o personas debilitadas por otras enfermedades sino también de jóvenes, adultos en plena capacidad de producción y trabajo, y hasta de niños, a quienes, si no protegemos comprometerá su futuro, cuando apenas inician sus edades. Embarazadas, con doble perdida, pobres, ricos, analfabetas, intelectuales, deportistas y en general, ninguno se salva de tener la posibilidad de ser aniquilado o quedar invalido a causa del coronavirus actual. Negar estos hechos es taparse los ojos con las manos, en el peor comportamiento del ser humano, dado por dejarse llevar de la imperdonable idea, de no tener la verdad como elemento clave para la conservación de la especie humana. Es absurdo, que algunas personas nieguen la presencia del virus, aunque reconozcan las gripa, la varicela, las hepatitis, el sarampión, la poliomielitis, y tantos virus que han sido controlados, gracias al gran descubrimiento de las vacunas desde hace muchos años. Sin ellas, el mundo estaría completamente a merced de los virus existentes y de los que sigan apareciendo. Seres o elementos con material genético que les permite reproducirse en millones, sobrepasando la reproducción de la especie humana. Su existencia no se puede negar, y sus efectos devastadores, tampoco, no son un invento de la ciencia, sabemos que tenemos que luchar contra ellos, hasta erradicarlos para tener una vida digna.
Por eso las vacunas se convierten después de haber alcanzado cifras excepcionales, contagiados unos 182 millones de personas, con 3.95 millones de defunciones informadas. Colombia, en el 10º puesto de países afectados de este trágico momento con 4.24 millones infectadas, y unas 107 mil muertes, a pesar de los esfuerzos realizados en elementos protectores contra las enfermedades infecciosas, con la posibilidad de protección evidentemente demostrada en la reducción de casos en los países en donde la vacunación ha sido la salvación.
Pero ya sabemos qué hacer, ahora tenemos que lograr la meta, no se debe quedar un solo colombiano sin vacunarse, su incumplimiento es impedir el control de una epidemia, que no solo puede afectar a quien no lo haga, sino a sus propios familiares y demás personas.
No más discusiones, solo las vacunas nos llevarán a una forma de vida saludable. Por cada vacuna que coloquemos, estamos salvando no solo una vida, el esfuerzo es multiplicador. Las vacunas nos brindan una gran oportunidad, no solo de tener anticuerpos y creer en la ciencia, sino de demostrar nuestra solidaridad para un mundo mejor. El gobierno, a luchar por tener los biológicos, lo más pronto posible, y contar con un sistema de salud organizado y eficiente, y la población, a colaborar con aplicárselas, para salir de una situación, en la que las vacunas deben colocarse con carácter de urgencias.
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