El distanciamiento social, también llamado "distanciamiento físico", consiste en mantener una distancia segura entre una y otras personas. Tiene una connotación muy importante en la pandemia del Covid-19, y es una forma clara y definitiva de evitar el crecimiento de los contagios. Parece una medida fácil, pero no es así, el contacto y la cercanía, de naturaleza animal, en el humano es un elemento que además de lo cultural, tiene aspectos sicológicos, emocionales y afectivos. Estar cerca de los familiares, amigos, o de la persona que se ama o quiere, es una condición muy fuertemente establecida. Romper con esa cercanía para algunos resulta imposible, y para otros termina en un cumplimiento parcial de esta necesidad que nos han traído los virus en general, ahora relevante con el Coronavirus. El que no está en contacto con una persona o sus secreciones, familiar, amigo o desconocido, y en un mínimo porcentaje con superficies contaminadas, no adquiere la enfermedad, y no sufre sus manifestaciones, que ya sabemos, pueden llevarnos a la muerte. Aunque el Covid-19 puede vivir por horas o días sobre una superficie, según factores como la luz solar, la humedad y el tipo de superficie. Podría ser posible que una persona contraiga el Covid-19 al tocar una superficie u objeto que tenga el virus y luego se toque la boca, la nariz o los ojos, esto último se evita con el lavado de manos y/o el uso del alcohol, pero esto es en una menor proporción.
El distanciamiento social es una de las varias medidas de prevención rutinarias y obligatorias que debemos tomar en conjunto para reducir la propagación del COVID-19, lo que incluye además, usar mascarillas, evitar tocarse la boca y lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón, durante al menos 20 segundos. Para poner en práctica el distanciamiento físico o social, debemos hacer reconocimiento de su importancia, considerarnos todos con la posibilidad de tener una infección que está en la comunidad. Por eso debemos conservar una separación al menos de un metro (la longitud aproximada de 2 brazos extendidos, pero si queremos ser más estrictos por encima de lo que dicen algunos, el virus se puede desplazar dos metros y si es posible su mantenimiento en aerosoles a los 8 metros.
La transmisión del virus en sintomáticos, es mayor que en las personas asintomáticas, o sea un tocedor o persona con secreciones o estornudos es un diseminador del virus, que alcanza al desprevenido, quien aun usando mascarilla, puede ingresar a la población de contagiados.
El distanciamiento es una responsabilidad de quien transmite por estar sintomático, por estar deambulando con una metralleta en las vías respiratorias o de un asintomático con una pistola. Y es también responsabilidad de aquel que por estar circulando sin justificación adquiere y puede seguir diseminando la infección. El distanciamiento social es especialmente importante para aquellas personas con alto riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19, mayores de 60 años, con hipertensión arterial, diabéticos, pacientes en terapia para el cáncer, o que reciben inmunosupresores y otros. Es el distanciamiento social un comportamiento difícil pero responsable, con el adquirimos casi que un seguro de vida, ¡pongámoslos todos en práctica!
Un problema complejo lo constituyen aquellas familias que viven en espacios reducidos, para quienes el Estado debe responder con su ubicación, al igual que el personal de salud.