Excusas presento por la catarsis: Vivimos en un meme que cada semana redefine sus propios límites de bajeza e ignorancia. Se nos ha vuelto habitual aumentar el umbral de sorpresa ante lo socialmente absurdo. Pasamos de la “rappifuga” de la señora Merlano al operativo peliculero que acompañó la captura de su hija. Circo con fusiles, esposas y carro blindado mientras los verdaderos culpables andan sueltos y riendo. Por ahí se les ve, pasando de agache, poniendo cara de “yo no fui”, esperando a que las luces apunten a otro lado.

Meta usted también en la misma olla la reencauchada que le están dando al exfiscal Martínez. Ese, el mismo que se ríe cuando le hablan de coimas, al que en entrevistas en directo le entran llamadas de voceros de delincuentes, el que salió huyendo a pasear en pintas veraniegas por los centros comerciales de Miami cuando el escándalo de Odebrecht reventaba. Ese ahora promociona libros, opina, sugiere, regaña y hasta amenaza con demandar por injuria y calumnia a quien le recuerda los kilómetros que le mide el rabo de paja. Hágame el reverendo favor. Le salimos a deber.

Por ahí andan corriendo igualmente citaciones a la Fiscalía por tuits y mensajes en redes. Vea usted: De los mismos creadores de “El estado de opinión” con que pretendían y aún pretenden meter manadas de micos en el Congreso, llega ahora el “delito de opinión”. ¿Van a demandar a cientos de miles de contradictores? ¿A millones acaso? ¿En serio creen que meten miedo?

Entre otras, y como escribo estas líneas “antes de”, ¿Cómo le habrá ido ayer al, literalmente, citado Senador? Ojalá todo haya transcurrido con relativa tranquilidad y con respeto a las manifestaciones de apoyo o rechazo. Tan válido es el derecho a expresarse de unos como de otros. Bienvenidas todas las opiniones, como bienvenido debe ser el respeto por el debido proceso y el acatar las decisiones de la justicia. Ese es el deber ser; pero en este país enfermo las opiniones son bienvenidas y respetadas cuando coinciden con la de uno. Más nada.

Y bueno… todos estos nuevos episodios de la tragicomedia nacional habían arrancado con unas “fotos de contexto” en la ONU, seguidas por declaraciones de la Vicepresidenta desmarcando al gobierno de responsabilidades por el desempleo, el ESMAD entrando en las universidades, subidón de tarifas para pagarle a Electricaribe y, para ponerle el moño a este berenjenal, acaba de publicarse que una señora en El Banco apedreó a un búho porque pensaba que era una bruja.

La esperanza es el asteroide. Deje así.

Pd: Faltarán palabras y no sobrará emoción o agradecimiento al recordar al maestro Javier Darío Restrepo. Pocos como él supieron pararse en la raya y mantenerse siempre del lado de la verdad, la ética y el respeto a la audiencia. Nos quedan sus textos, sus columnas, sus palabras, su ejemplo. Zumbará por siempre ese moscardón para enfatizarnos y advertirnos que el periodismo es, ante todo y sobre todo, un acuerdo de confianzas. Buen viaje, maestro.

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@alfredosabbagh