El segundo hecho se refiere a las insinuaciones de su retorno al poder cuando se haya hecho una revolución. Esto es de suma gravedad. Recordemos que el señor Petro saldrá sin fuero de presidente y cualquier acción como la que generó con sus trinos incendiarios en el estallido social de 2021, deberá ser judicializada por la Fiscalía General de la Nación.
Petro insiste en reducir el “pueblo” a esa fracción minoritaria del mismo que lo apoya, en enfrentar ese grupo a los demás y en descalificar con los más infames adjetivos a quienes no lo acompañamos. Hasta aquí, más de lo mismo. Ya sabíamos que a él le importa un comino que el Presidente “simboliza la unidad nacional”.
El Senado deberá asumir el debate con absoluta seriedad, fundamentar sus argumentos en la realidad laboral y económica del país, y procurar que la decisión que adopte cuente con legitimidad y respaldo social.
Para que Ecopetrol recupere su robustez de iguana y no siga empequeñeciéndose como lagartija, se requieren medidas inmediatas. En particular: fortalecer la gobernanza con una Junta Directiva independiente y meritocrática