Lo del Junior seguirá y terminará así en esta campaña. Entre la idea futbolística y la suma de puntos de Farías y la ausencia del Juniorismo por el poco sabor a fútbol. Ya no vale la pena seguir confrontando para utilizar esa energía en apoyar al equipo.
Del oasis de buen planteamiento y buen desarrollo del juego que se vio para vencer 3-2 a Nacional en Medellín, se volvió al fútbol peleado más que jugado, centralizado más que por las bandas, individualizado más que asociativo que sólo alcanzó para emparejar 1-1 con Tolima en casa.
Del cierre espectacular del calendario regular volvimos al fútbol de poco gusto, cuya finalidad única es sumar puntos. El tema es que, esta vez, alcanzó para un punto ganado en casa que debieron ser tres y un fútbol, en vez de fluido, luchado, peleado, angustiado, como si hubiera fuego en el 23 de la 110, que defraudó a la asistencia y a la televidencia.
De estadio casi vacío pasamos a 16.483 asistentes con 8.759 abonados, 2939 cortesía y 4.785 boletas vendidas que apenas produjo un recaudo de $ 271.040.000, que no alcanza para pagar una concentración de tres días en el Dann Carlton.
Es que Junior ha trabajado a pérdida. Se perdió el fútbol entretenido de Arturo Reyes por el de poco sabor de César Farías, de la posibilidad de estar en Copa Sudamericana a una eliminación temprana que lesionó el presupuesto del año por las entradas previstas no logradas, la ausencia de ingresos por taquilla durante los 11 partidos en casa (incluyendo la Copa) y la floja venta de abonos y boletería al comenzar la semifinal.
Está comprobado que eso no va a cambiar, a menos que Junior juegue la final en la que los hinchas irían más por la posibilidad del título que por deleitarse con los 90 minutos de fútbol más adición o que se repita un espectacular partido como frente a Nacional.
Dejemos que Farías lo siga intentando a su forma y manera, si usted va al estadio apoye así arrugue la cara, si está en casa apoye así asuste a los suyos con su grito en rechazo por alguna jugada.
Finalmente, Farías no va a cambiar en su idea, los hinchas tampoco en su gusto, lo único que los une es Junior. Luego por Junior hagamos un pare en la polémica y centrémonos en las buenas energías. De pronto son más efectivas que cualquier idea de fútbol…
RIP: a la familia del gran fotógrafo Lucho Rodríguez, el abrazo solidario.