Enclavada en el corazón de Nueva York está Mulberry Street (Calle de la Morera), que va de norte a sur atravesando el viejo centro de La Pequeña Italia (Little Italy) y finalizando en el Barrio Chino (Chinatown). Es un pedacito de Italia en “La Gran Manzana”. Allí se asentaron los primeros italianos que llegaron a la gran urbe. Entre 1870 y 1915, la población de Nueva York aumentó a más del triple, pasando de 1,5 a 5 millones, por la gran migración europea. Así, en 1900, los inmigrantes nacidos en el extranjero y sus hijos constituían un 76% de la población de la ciudad, de los cuales unos 10.000 italianos vivían en los alrededores de Mulberry Street. Little Italy fue el sector más pobre y el más popular por sus vínculos con la mafia. Testigo de batidas y vendettas en la lucha por el poder, fue escogido por Mario Puzo para ubicar a su ‘Padrino’ y por Scorsese para ambientar Mean Street (Malas Calles). Hoy, pasear por esa calle es sentirse en Italia. El delicioso olor de los enormes quesos parmesano y pecorino, de los prosciuttos y sopressatas (embutidos), brotan de las salsamentaria cuyos techos y mostradores están atiborrados de esas tentadoras viandas. Restaurantes y trattorias en las aceras, ventas de amuletos contra el mal de ojo (jettatura), vinos, aceite de oliva, turones Perugina, panettones Motta en Navidad, los famosos amaretti (dulces) y las galletas de mandorla (almendra) se venden allí. En septiembre, durante 11 días, la calle se viste de festones tricolores. Hay ventas de comida y atracciones varias para celebrar la fiesta de San Gennaro. Si por algún motivo la nostalgia de Italia lo invade, cuando vaya a Nueva York dése una pasadita por Mulberry Street.

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