Vamos a salirnos de la esfera de los pesos completos, que como hemos dicho en crónicas anteriores, le vino una ráfaga de perdedores y también de ganadores pero de segunda fila, para hablarles a nuestros lectores de dos pugilistas en el peso mediano que dieron un par de combates sensacionales. El primero para que Carmen Basilio le ganara a nadie menos que Sugar Ray Robinson, y luego, al montarse una revancha pedida a gritos por el público, Robinson recuperara su título de campeón mundial de las 160 libras.
¿Cómo un boxeador de solo 5 pies con 7 pulgadas podía ganarle a un contendor como Robinson? Que por un centímetro no tenía 6 pies de estatura; era uno de los pesos medianos más altos en la historia del boxeo. Basilio hizo una pelea no sólo bravísima, sino además de una gran técnica ofensiva, toda vez que sus brazos cortos lograban entrar en la humanidad de Robinson y castigarlo fuertemente con un golpeteo tenaz que comenzaba en las costillas y terminaba en la cabeza.
Robinson está considerado por muchas autoridades del boxeo como el boxeador más técnico que había aparecido allá en los años 40 y 50.
Basilio le sacó la decisión de los jueces porque no sólo eludía los fuertes golpes de Robinson, sino que ripostaba fuertemente en la humanidad del gran pugilista de color.
Por supuesto, se montó la revancha, y podría hasta decirse que la pelea fue un calco de la anterior. Muchos periodistas deportivos y entrenadores de boxeo opinaron que la pelea había sido una copia de la primera, y por consiguiente, Basilio merecía la decisión, pero unos jueces diferentes a los anteriores le otorgaron la victoria a Robinson. Una porción igual de observadores también consideraban de su parte, que el mejor fallo habría sido empate.
Por lo mismo, se imponía una tercera pelea entre los dos. Pero Robinson le daba largas a la cosa, y con el propósito de eludir la tercera pelea firmó un combate con un peso mediano cuyo nombre se nos ha fugado de la mente, y en esa pelea Robinson perdió el título mundial, y Basilio se quedó con las ganas de pelear por tercera vez contra Ray Robinson.
Esos dos combates entre Basilio y Robinson están incrustados en los anales del boxeo como verdaderos modelos de boxeo de altura, pero al perder sorpresivamente Robinson con el adversario que el mismo escogió para defender su cetro, derrumbó consecuencialmente la tercera pelea que todo el público de los Estados Unidos esperaba.


