Pregunta: ¿Por qué de algo corroncho se dice que es de medio pelo? JBI, n. d.

Respuesta: Por su denso y sólido entrelazado, su suavidad y su flexibilidad, el pelo de castor es el mejor para la elaboración de sombreros masculinos. Hace algo más de cien años, los fabricantes de algunos de los que llegaban a América desde Cádiz, para ahorrar costos, reemplazaban hasta la mitad del pelo de castor por pelo de conejo. Así, los vendedores decían que los más valiosos eran de pelo entero, es decir, todos sus pelos eran de castor, y que los más baratos eran de medio pelo, esto es, tenían mitad de pelo de castor y mitad de conejo. En principio se empleó la expresión para referirse al nivel social de quien portaba el sombrero, pero ha pasado a indicar atributos propios, profesionales o físicos de personas y objetos.

P.: Dicen que el término ‘corotos’, o sea, cosas personales o trastos, surgió cuando una turba arrasó la casa de un presidente venezolano, se llevó cuadros del pintor Jean-Baptiste Corot y alguien gritaba: “¡Se llevaron los corotos!”. ¿Será cierta esta historia? Pedro Gómez Méndez, Barranquilla

R.: Esa anécdota se ha extendido y tiene variantes (en una, el final es: “¡Cuidado con los corotos!”). El lingüista Ángel Rosenblat, en sus Estudios sobre el habla de Venezuela, cuenta otra versión, que reproduce la página Culturizando: “Se dice que [el presidente y general] Guzmán Blanco trajo de París un lienzo de Jean-Baptiste Corot, el famoso paisajista. El general solía recomendar machaconamente al servicio: ‘¡Cuidado con el corot!’. Las criadas empezaron a burlarse del ‘coroto’ del general, y la expresión se extendió a objetos más diversos”. Pero en la misma página un lector dice que esa historia es falsa, pues consta que el término “existía antes de que alguien conociera algún cuadro de Corot en Venezuela; en realidad, es una palabra de origen indígena: ‘coroto’ es como llaman en los llanos venezolanos al recipiente que se fabrica con el fruto del totumo”.

P.: ¿De dónde sale la expresión paisa “más contento que marrano estrenando lazo”? JLJR, Barranquilla

R.: Cuando en Antioquia alguien está feliz, eso puede ser expresado con este refrán, clásico de la región. Además de la exageración, otro rasgo del habla antioqueña es el juego con referencias rurales, como arepas, arrieros, carrieles, mochilas, vacas y marranos. Este refrán, dentro de su sinrazón, tiene una carga de ironía, pues el ingenio popular imagina al animal contento porque está dando un paseo, como si fuera un perro, cuando más bien debe sentirse incómodo amarrado, y olvida que el lazo, nuevo o viejo, es solo una cuerda, con un nudo corredizo en un extremo, con la que se lo sujeta para que no escape y pueda ser llevado al mercado para su venta y posterior sacrificio. Para el humor paisa, la imagen de un animal de estampa graciosa que camina con un lazo nuevo resulta jocosa.

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